LA PLACE DU TERTRE
La famosa plaza en lo alto de la colina de Montmartre es un popular destino turístico que conserva su encanto
Esta famosa plaza, que toma su nombre de su situación geográfica en lo alto de la colina de Montmartre, ya existía en el siglo XIV. Adquirió cierto encanto gracias a los árboles que se plantaron aquí en 1635, y también se instaló aquí una horca antes de que se estableciera el primer ayuntamiento de Montmartre en 1790, en casa de Félix Desportes de Blinval, alcalde del municipio (cuyo recuerdo se conserva en una placa en el número 5 de la plaza). Fue también en esta misma plaza donde, al final de la guerra de 1870 contra Prusia, la Garde Nationale almacenó algunos de sus cañones, arsenal que provocó un motín que tuvo parte de culpa en la Comuna, cuando el gobierno de Adolphe Thiers quiso recuperarlo. La vocación artística de la Place du Tertre se remonta al siglo XVIII, cuando los primeros artistas bohemios -pintores, cantantes, etc.- empezaron a ocupar la zona. - empezaron a instalarse. En el centro de una zona de cabarets y locales para poetas y cantautores, alberga uno de los restaurantes más antiguos, "La Mère Catherine", que data de 1793 (en el nº 6 de la Place du Tertre). La fama de la plaza aumentó el 24 de diciembre de 1898, cuando Louis Renault condujo en ella su primer prototipo de automóvil de gasolina (véase la placa conmemorativa en elnúmero 21). En el número 7 (o 9, según otros), Maurice Drouard (1886-1915) instaló allí en 1912 su taller de escultor, artista al que debemos la publicación en 1915 de un libro con numerosos y magníficos bocetos del viejo Montmartre que entonces desaparecía (el molino Radet, la calle del Calvario, la calle Norvins, la Casa de Berlioz, la calle del Mont-Cenis, el Moulin de la Galette, la plaza del Tertre, etc.). Aunque la zona ha cambiado considerablemente y ahora es muy popular entre los turistas, ha conservado su encanto con sus casas de campo del siglo XVIII y principios delXIX . En el centro, el mercado de pintores abarrotado de retratistas y caricaturistas hace las delicias de algunos turistas, muy lejos de los tiempos en que Degas, Picasso, Toulouse-Lautrec y Utrillo recorrían el barrio o se alojaban por unos céntimos en el Hôtel Bouscarat (en la esquina de la rue du Mont-Cenis y la place du Tertre), viviendo día a día entre toda una comunidad de artistas. Cabe señalar que, en las últimas décadas, el espacio dedicado a este mercado de retratistas se ha reducido en favor de las terrazas, tan frecuentadas por visitantes de todo el mundo. Si se siente nostálgico, hará bien en visitarlo a primera hora de la mañana.
Je fais mon touriste, sans complexe parce que c'est très beau.