Restaurante con un entorno ideal, que ofrece una cocina auténtica basada únicamente en productos frescos y una cuidada selección de vinos
En el corazón del puerto de Goulée, esta brasserie es un lugar ideal para hacer un alto en el camino a lo largo del estuario. No se deje engañar por su fachada un poco anticuada, que recuerda a las posadas rurales de los años 60. No es nada ostentoso. Aquí no hay nada llamativo. Unas pocas mesas en la terraza y dos salas con una decoración sencilla, ideal para pequeños grupos. En el comedor, las sonrisas son francas y los platos generosos. La cocina es auténtica, con los productos más frescos, y los vinos están cuidadosamente seleccionados, con énfasis en los productos locales. ¡Un lugar para (re)descubrir pronto!