¡Cuidado, alta gama! Esta antigua posada de estilo normando (entramado de madera, vigas y piedras tanto en el exterior como en el interior, la chimenea…) propone una cocina tradicional, rica, variada según las temporadas, llena de sabores y búho producidos. Amantes de los pescados y mariscos, es difícil no ensalzar el lugar, que dispone de su propio vivero y propone unos estándares tan sabrosos como la ensalada de media bogavante a la real. También nos gustan las pequeñas diferencias originales, como este bacalao frito sobre cama de habas, chorizo y chipolata. En cuanto a la carne, algunas bonitas redescubradas, como este Chateaubriand, para una o dos personas. Los menús son numerosos, para todas las bolsas -o casi- pero la relación calidad-precio es siempre buena.
Très bonnes qualités des produits
Ambiance agréable et cosy
Personnel très accueillant