HÔTEL-RESTAURANT LES CAPUCINS
En el ambiente elegante de una casa burguesa, se puede dar carta blanca al chef y dejarse llevar por sorpresas en sutileza. Se encuentra en una de las mejores mesas de la ciudad. El restaurante, distinguido en 2016 por Gault y Millau y Michelin, merece realmente la pena. Las mesas íntimas y elegantes, invitan a una degustación gastronómica a compartir en familia, entre amigos o en el marco de una cena de negocios. Una cocina clásica y creativa, siempre delicada y platos generosos, gracias al chef François Eeckhoutte, que sabe dar muestras de audacia con las asociaciones "Terre-Mer" o sublilando productos de la región y productos más exóticos para poner en despertar sentidos y papilos. Sugerencias diversas a la pizarra o a la carta ambiciosa: Red de ferviente del lago Ginebra cocido, clorofila de jóvenes brotes de espinacas, ravioles rellenos de una Mornay en el condado y Savagnin o Tataki de bonito panada a las semillas de adormidera, vinagreta Ponzu, guacamolo con especias y radis dainkon cocido a la soja, qué poeta poeta, qué poeta, qué poeta poeta, qué poeta poeta.¡esporádica! Incluso el menú infantil está cuidado: huevo bio cocido a 63 ° C como carbonara, pavimentado de merluza, puré de patatas y verduras crujientes, postre con chocolate Grand Cru, chantilly con queso blanco y vainilla de Madagascar. La carta de vinos es rica y razonable a precios moderados, como este San Peray Blanco 2012 de François Villard.
Opiniones de los miembros sobre HÔTEL-RESTAURANT LES CAPUCINS
Seul point positif: la serveuse nous a avertis qu'ils étaient en sous-effectif, ce qui n'empêche pas le patron d'être vautré dans son fauteuil devant son ordinateur durant toute l'heure de midi
accueil chaleureux, cuisine inventive très bien présentée, beaucoup de plats avec suppléments dans le menu , c'est le seul point negatif
A signaler de nombreux suppléments sur les plats proposés.
Produits de qualité .
Une bonne adresse à recommander les yeux fermés.