Ensalada gigante, cassoulet, pudín de manzana, tostadas francesas a la antigua en un restaurante de Burdeos.
De acuerdo, hay que pasar por alto el nombre de este restaurante que puede dejar perplejos… ¡A tomar en segundo grado, naturalmente! El personal vestido de perra y peinado de un boina te acogerá con buen humor y calor, historia de sentirse como en casa, o más bien como en casa de la abuela que vive al final de una campaña que ningún GPS conoce. La felicidad está en el prejuicio, es el espíritu de los Ploucs. Lo que es bueno no necesita la pretensión ni la cocina molecular. Atado cómodamente a las mesas vestidas de manteles de cuadros, entre dos nidos de gallinas y tres botas de heno, podrás degustar las especialidades del crudo. No hay nada a la carta: ensalada gigante de tío Arsène (ensalada verde, crudeza, gigantes, tostadas, tostadas de campaña), casejado de la Madre Plouc, barrotes de jardín y postre para elegir entre pan perdido a la antigua (aún no recuperado), mousse de chocolate de la madre de la isla y de la madre Plouc. El menú se presenta en forma de libro de escolares donde podrás dejar una nota. El menú es acogedor para pasar un momento agradable y festivo.
Je recommande vivement et reviendrai avec plaisir.
Niveau nourriture : bon rapport qualité prix. Même si les viandes étaient bien nerveuses.
Nous avons voulu aller au restaurant sans réservation à 13h un dimanche. Il y avait beaucoup de monde donc nous étions prêts à nous prendre un refoule mais pas un méchant refoule !
Le serveur habillé en Mario fût extrêmement désagréable (« c’est mort »)! Et cela me fait mal au coeur car les frites avaient l’air délicieuse ! Et baissez un peu le chauffage j’ai sué fort.
Cordialement.