APRODEC (ASSOCIATION POUR LA PROMOTION ET LA DÉFENSE DE LA CLÉMENTINE DE CORSE)
La clementina corsa es la única clementina francesa. Es el resultado de un cruce natural entre la flor de mandarina y el polen de azahar. Esta fruta obtuvo un reconocimiento real en 2007 con la indicación geográfica protegida.
Historia. La clementina nos llega del otro lado del Mediterráneo. Se descubrió, hace unos cien años, en la plantación de un orfanato en Misserghin, cerca de Orán, en Argelia. En efecto, el Hermano Clément, un niñero religioso, descubrió una fruta muy jugosa con un sabor agrio delicioso y muy popular entre los niños. Esta nueva fruta fue llamada naturalmente "clementina" en homenaje a su descubridor. Dos años más tarde, el profesor Trabut publicó el primer artículo que describía la clementina en la revista francesa de horticultura nº 10, pero no fue hasta 1925 cuando se plantaron los primeros clementineros en Figaretto, Córcega. En 1959, se creó una estación de investigación agronómica en San Giuliano y se emprendió un largo proyecto de investigación que determinó que la clementina es el resultado de un cruce natural entre la mandarina común y una naranja.
El producto. La clementina de Córcega se distingue por sus largas hojas verdes que garantizan su frescura, su piel lisa y su base verde. Cultivada y cosechada de forma tradicional en la llanura oriental de la isla, alcanza la madurez en el árbol y no es sometida a ningún tratamiento químico.
Empleo. Se producen entre 17.000 y 20.000 toneladas al año en 1.200 hectáreas de tierra.