Atracciones turísticas y monumentos Cerdeña

Spazzio Ilisso es un centro de exposición, producción y promoción del arte y la cultura sardos. El edificio que alberga este centro único en Cerdeña es de estilo Liberty (Art Nouveau italiano, de principios del siglo XX). La museografía es magnífica, en perfecta armonía con la arquitectura. Se destacan los artistas sardos en todos los campos artísticos, así como la música, ya que el magnífico jardín acoge conciertos. También es un lugar de archivo, conservación y preservación de la memoria de la isla en los ámbitos culturales.

El Macc (Museo de Arte Contemporáneo de Calasetta) expone la donación del artista toscano Ermanno Lainardi, pintor abstracto que vivió entre París y esta pequeña ciudad del Sulcis. La colección ofrece una monocromía de artistas internacionales, como Albers, Fontana, Capogrossi, Hsiao Chin. Este museo vanguardista, uno de los más evocadores de Cerdeña para el arte contemporáneo, seduce no sólo por sus obras, sino también por su posición con vistas al mar. Las exposiciones que se organizan periódicamente siguen el mismo espíritu puntero y abierto.

Este complejo arqueológico se encuentra a 13 km de Nuoro, de camino a Bitti y Orune. Se pueden admirar varios círculos megalíticos, más allá de los cuales comienza un vasto asentamiento nurágico, que incluye un nuraghe polilobulado, que se conserva a una altura de más de 10 metros. Obsérvese la presencia de un pozo, o manantial sagrado cubierto, y su hermosa cúpula. Las primeras excavaciones se remontan a la década de 1950, pero se han intensificado desde la década de 2000. El sitio no ha revelado todos sus secretos.

En este museo se pueden admirar testimonios de las épocas prenurágica, nurágica, fenicia, púnica y romana encontrados en la isla de Sant'Antioco. El museo es bastante pequeño. Expone las urnas encontradas en el lugar del tophet que contenían los restos carbonizados de niños y animales. También se han descubierto allí estelas grabadas que han fascinado a los arqueólogos. Entre las demás piezas expuestas, las de joyería y orfebrería son las más sorprendentes.

La zona es escarpada, caracterizada por imponentes afloramientos de granito, moldeados por el tiempo de forma extraña y envueltos en arbustos. Se puede llegar a la tumba y al arco en 20 minutos a pie por un camino que sube entre los matorrales. El monumento presenta el esquema planimétrico clásico de las tumbas de gigantes: cuerpo apsidal de la tumba, pasillo cubierto y exedra arqueada. A diferencia de otros sitios nurágicos, Barrancu Mannu tiene la ventaja de estar aislado y poco frecuentado, lo que acentúa aún más su encanto. ¡Un hermoso descubrimiento!

Un maravilloso oasis ideal para todos los gustos, desde los amantes del relax en la naturaleza y los ambientes románticos hasta los aficionados a los deportes de mar. El puerto deportivo de Gonnesa es una encantadora extensión de arena suave y compacta de un hermoso color ámbar-dorado en el Golfo de León (o Gonnesa). El litoral de arena es amplio y tiene más de 3 km de longitud, ofreciendo unas vistas de postal. Cuatro playas se suceden como una suave hendidura en la costa rocosa. Aquí hay poca construcción o cemento en la costa, es salvaje, ventosa y ¡eso nos gusta!

En la cima de una colina, frente a la garganta del Gorropu, se encuentra el nuraghe "blanco". Su color único se debe a la calidad de la piedra utilizada, la caliza blanca. Junto a ella, cabañas de piedra caliza en buen estado atestiguan la presencia de un antiguo pueblo. El nuraghe de Mereu no sólo es famoso por sus tholos (cúpula falsa) en perfecto estado, sino también por su excepcional ubicación. Tiene vistas a la garganta del Gorropu, el cañón más profundo de Europa, y al bosque de Sas Baddes, uno de los últimos bosques primarios que quedan en la cuenca mediterránea.

A 20 metros de la costa, dos columnas rocosas de traquita de color rojo violáceo emergen del agua y parecen vigilar la pequeña isla de San Pietro. Estos dos miradores de piedra otean el horizonte hasta las costas de Túnez, la tierra más cercana. Los habitantes los han convertido en el símbolo de su isla, el elemento más representativo que aparece en los folletos turísticos. Es muy fácil llegar, sólo hay que tomar el camino marcado desde la playa de La Bobba. Si bien el paseo por el acantilado es agradable, su propósito deja una impresión moderada.