Sitios arqueológicos artesanales científicos y técnicos para visitar Nueva Zelanda

A menudo descrito como el trekking de un día más bello de Nueva Zelanda, su reputación está lejos de haber sido usurpada. Esta ruta de 17 km atraviesa algunos de los paisajes más bellos e impresionantes del país, por un sendero perfectamente señalizado que no presenta dificultades aparte de su longitud y sus subidas. Así que cualquiera puede hacerla, siempre que esté en buenas condiciones físicas y el tiempo acompañe. Sin embargo, el adjetivo "alpino" subraya la naturaleza del terreno y las diferencias de altitud, por lo que no debe aventurarse sin preparación, comida y equipo (buen calzado, ropa de abrigo, cortavientos y/o mackintosh).

Es imprescindible consultar las previsiones meteorológicas con el Departamento de Conservación antes de salir, ya que el tiempo en la región puede ser inestable. Además, se está subiendo a gran altura, y un cielo azul en el pueblo de Whakapapa no significa que vaya a hacer sol y calor en la cima, ¡ni mucho menos! Incluso en pleno verano, a veces hace demasiado frío en las cumbres como para quedarse demasiado tiempo: hay que comerse el bocadillo y marcharse

No obstante, se trata de una visita obligada durante su estancia, ya que el cambio de escenario que ofrecen los paisajes volcánicos lunares es impresionante. No en vano, la región sirvió de escenario para Mordor en El Señor de los Anillos...

Hay muchos otros paseos que merecen la pena en el parque, y si quiere asegurarse de no perderse éste, es buena idea planificar varios días en la región. Un tiempo desfavorable puede hacer que la experiencia sea mucho menos impresionante. A veces, la visibilidad es tan escasa que apenas se ven las balizas, por no hablar del paisaje... El desafío físico siempre es interesante, pero se pierde una dimensión esencial de la aventura.

Otras veces, el viento es demasiado fuerte y, aunque el cielo esté azul, las lanzaderas pueden decidir no hacer el recorrido para no poner a los caminantes en condiciones que podrían resultar peligrosas.

Así que lo mejor es planificar con antelación unos días para asegurarse una ventana meteorológica favorable, y explorar el resto del parque mientras tanto. La espera puede ser frustrante, pero la recompensa será aún mayor

El recorrido comienza en el aparcamiento de Mangatepopo Road, en el oeste, y termina en Ketetahi Road, en el norte, con una duración total de 6 a 9 horas, dependiendo del ritmo y de los desvíos que se tomen. La ruta recorre algunos lagos magníficos (Emerald Lakes y Blue Lake) y las tres montañas del parque, el monte Tongariro, el monte Ngauruhoe y el monte Ruapehu.

El monteTongariro es el más pequeño de los tres picos, con 1.968 metros. Es un volcán con numerosos cráteres, algunos de los cuales siguen activos. También alberga piscinas de barro y aguas termales en sus laderas septentrionales. Entró en erupción por última vez en 2012, y algunas rutas de senderismo tuvieron que cerrarse debido a la proyección de rocas y ceniza sobre parte del parque. Si quiere escalar una montaña durante la excursión, ésta es la que debe elegir, ya que el desvío dura poco más de 2 horas y es la mejor señalizada.

Monte Ngauruhoe. Todo el mundo habla de él por el nombre que lo hizo famoso: Mount Doom. Fue su cono perfecto, que se eleva hasta los 2.287 metros, el elegido como "Montaña del Destino" en la famosa saga basada en las novelas de J.R.R. Tolkien. A diferencia de los otros dos volcanes, éste sólo tiene un cráter. Aún activo, se dice que ha entrado en erupción más de setenta veces desde la llegada de los europeos a la región. Muchos excursionistas se precipitan por sus laderas sin estar preparados debido a su fama. Se lo desaconsejamos encarecidamente. No hay un camino fijo, el terreno se compone esencialmente de ceniza muy intransitable y su inclinación de 45° lo convierte en una subida extremadamente complicada. Además, los numerososdesprendimientos de rocas provocados por otros caminantes suelen causar lesiones. Sólo los más experimentados podrán intentar este desvío con buen tiempo y siguiendo las balizas que indican la ruta más segura.

Monte Ruapehu. Con 2.797 metros, es el techo de la Isla Norte. Este volcán sigue muy activo, tanto que durante sus últimas erupciones, en septiembre de 1995 y junio de 1996, se encontraron cenizas hasta en la costa este. En dos ocasiones, interrumpió las actividades de las estaciones de esquí. De las cuatro estaciones de la región, tres se aferran a sus laderas: Whakapapa en el lado occidental, Turoa al sur y Tukino al este. Domina el telón de fondo de la travesía, pero nunca te acercas a ella.

Transporte: El autobús lanzadera es casi inevitable en esta travesía. Como la ruta no es un bucle, a veces algunas personas planean ir en dos grupos con dos vehículos, lo que está matemáticamente prohibido, ya que sólo se permite dejar el coche en el aparcamiento durante 4 horas, y la caminata dura al menos 6. Además, quien haga la ruta en autobús no puede dejar el coche en el aparcamiento. Además, quien tome el sendero desde Ketetahi Road caminará a contracorriente de todos los demás excursionistas, lo que, dado lo concurrido que es el sendero, puede resultar muy desagradable.

A menos que tenga un amigo dispuesto a coger un taxi al principio y al final del día, tendrá que reservar un servicio de transporte.

La mayoría de los proveedores de alojamiento organizan sus propios servicios de lanzadera desde y hacia todos los destinos turísticos de la región, así que es mejor consultarles directamente. También hay varias empresas privadas que ofrecen servicios de lanzadera. Puede obtener información en el Centro de Visitantes o en Internet.

Estaciones

Como puede ver, incluso en pleno verano, el tiempo puede dar una sensación invernal, ¡especialmente en la cumbre! Pero si va bien equipado y preparado, esto no supone ningún problema. En invierno, sin embargo, es aconsejable aventurarse por el sendero SÓLO si se tiene experiencia en montañismo (y el equipo adecuado, por supuesto).

Si no tiene experiencia en montañismo pero realmente quiere ver los paisajes de travesía bajo la nieve (¡y lo entendemos!), algunas empresas ofrecen expediciones guiadas con guías experimentados. Si tiene la oportunidad, es una experiencia realmente inolvidable.

Simbolismo y leyenda

La zona que atraviesas en este trekking es tapu -sagrada- para los maoríes, así que debes ser respetuoso. En sus propias palabras: "Le damos la bienvenida a nuestro mundo, un mundo de respeto y reciprocidad, de protección y devoción a la tierra, de paisajes increíbles y leyendas épicas, de profunda reverencia y espiritualidad. Que los guardianes de nuestras montañas te protejan, y que los recuerdos de tu experiencia aquí permanezcan para siempre en el calor de tu corazón".

La leyenda que se evoca aquí es la de los cuatro guerreros de las montañas -Tongariro, Taranaki, Tauhara y Pūtauaki- que lucharon por el amor de Pihanga, una montañesa de la que todos estaban enamorados. Tongariro salió victorioso de esta batalla y las otras montañas se exiliaron tras su derrota. Tauhara se marchó al otro lado del lago Taupō, desde donde domina la ciudad a unos 60 km al norte. Pūtauaki se dirigió hacia el este y se detuvo en Kawerau. Taranaki, que era el más feroz competidor de Tongariro, partió hacia el oeste, abriendo un profundo surco en su camino que se convirtió en el lecho del río Whanganui, alimentado por Tongariro que, al ver la herida que Taranaki había infligido a la tierra en su huida, creó un manantial para aliviarla y llenarla de agua.
Hoy en día, Taranaki sigue llorando a su amor perdido. Se dice que cuando se cubre de nubes y se pierde en la niebla, llora la pérdida de su amada. Por el contrario, cuando está bañado por la luz del sol, muestra a Tongariro su poder y su gloria. Tongariro, por su parte, escupe a veces humo y cenizas para recordar a su rival que sería imprudente por su parte intentar regresar.
Los maoríes consideran desde hace tiempo imprudente instalarse entre las dos montañas, por si deciden reanudar su lucha por Pihanga.

Es quizá el paraje natural más famoso de la Isla Sur, del que todo el mundo habla y del que se pasan fotografías en los albergues y a la vuelta de las vacaciones. A escala neozelandesa, Tongariro es quizá el único sitio comparable. Y hay mucho que decir al respecto. Es un paraje de infinito encanto. Si puede, no venga en temporada alta, pues habrá muchos coches y los cruceros estarán abarrotados. En invierno, hay mucha menos gente y la nieve aumenta la magia, pero cuidado, el acceso puede estar cerrado por motivos meteorológicos. La mejor época para visitarlo es entre estaciones. El trayecto desde Te Anau es una atracción en sí mismo. Se tarda unos 120 kilómetros y unas dos horas, o incluso más con las diversas paradas. Hay mucho que ver por el camino: miradores, valles, lagos, montañas y mucho más. Hacia el norte, los Lagos Espejo pueden ser ya una interesante parada fotográfica, con su superficie espejada reflejando los picos. La vista desde la punta del lago Gunn es aún más impresionante y romántica en su grandeza. Si le sobra tiempo, adéntrese en el valle de Hollyford hacia Gunns Camp para ver las pequeñas cascadas del lago Marian, a un corto paseo, y las impresionantes cataratas de Humboldt, de 275 metros de altura (20-30 minutos ida y vuelta). A continuación, tendrá que atravesar el túnel Homer, terminado en 1953 y situado a 945 metros de altitud. A la salida, el panorama es deslumbrante y se desciende gradualmente hasta el nivel del mar para llegar al Sound. Antes de llegar a su destino, The Chasm puede merecer una parada por sus cascadas y formaciones rocosas (20 minutos ida y vuelta). Sin embargo, este sendero está siendo restaurado en el momento de escribir estas líneas debido al mal tiempo. Una vez en las orillas, la belleza del lugar se hace patente. Hay un aparcamiento y un edificio desde el que salen las barcas. Aquí es donde hay que embarcar para los cruceros. Con un poco de suerte, delfines y leones marinos se cruzarán en su camino. Las cascadas también son muy bellas y las montañas que se sumergen en el agua con sus formas retorcidas imponen respeto, como el Pico Mitre que nos mira desde sus 1.692 metros de altura. Aquí todo es verde por la sencilla razón de que llueve 200 días al año y cae una media de 6.800 mm de lluvia al año. No olvide traer su equipo de lluvia y un buen calzado

Símbolo de toda la península, se accede a ella por un sendero al norte de Hahei a través de los acantilados y el bosque, desde donde se contemplan bellas vistas del horizonte y la costa. Por el camino, hay otras bahías pequeñas y agradables, como Gemstone Bay y Stingray Bay, que son menos populares. Una vez que se llega, la belleza del entorno natural impone respeto. Su hermosa playa de arena blanca precede a las imponentes rocas que surgen del agua, así como a los arcos de piedra caliza.

El glaciar Franz Josef, de 12 km de longitud, es la principal atracción del pueblo del mismo nombre y tiene fama de ser el glaciar más accesible del mundo. El aparcamiento para visitantes está a menos de 5 km del pueblo. Hay unos cuantos senderos agradables de distinta longitud para caminar y obtener magníficas vistas del fenómeno y de la zona, como el Sentinel Rock Walk (20 minutos ida y vuelta), el Ka Roimata o Hine Hukatere Walk (1,5 horas ida y vuelta) o el Roberts Point Track (5 horas ida y vuelta). Alex Knob Track es probablemente la más impresionante (8 horas ida y vuelta) y lleva a la cima del monte Alex Knob, a más de 1.300 metros. A la entrada del lugar, unos paneles informativos muy interesantes trazan la evolución y los movimientos del glaciar en el último siglo. Así, si bien podemos ver que su terminal ha retrocedido considerablemente debido a su deshielo, también sabemos que no está congelado y que avanza ¡a una velocidad impresionante! Los glaciares son zonas naturalmente inestables y no es raro que se produzcan desprendimientos. El último (diciembre de 1997) sepultó el aparcamiento. El DOC vigila el coloso todos los días y puede cerrar una ruta de senderismo peligrosa en cualquier momento. Franz Joseph, junto con su vecino Fox, es Patrimonio Mundial de la UNESCO y una de las principales atracciones de la Costa Oeste. Muchos proveedores de servicios han aprovechado la gran calidad natural del glaciar para ofrecer actividades.

Es una visita muy interesante para todos los aficionados al cine, especialmente para los fans de El Señor de los Anillos. Weta Workshop trabajó mano a mano con Peter Jackson para crear los decorados, el atrezzo, el vestuario y los efectos especiales de la famosa trilogía. El renombre internacional que ganaron allí les ha permitido colaborar en muchas otras películas desde entonces. Una visita de 45 minutos en la que se muestran trajes, armaduras, armas y maquetas, acompañada de anécdotas e información sobre los secretos de la realización de las películas. Imprescindible reservar.

Se trata de una caminata de 73,5 km entre Anakiwa y Ship Cove, entre bosque y costa. Requiere bastante resistencia y la parte más difícil se encuentra entre Portage Saddle y Kenepuru Saddle, pero ¡qué magníficas vistas! Se tarda entre 3 y 5 días en completarla y hay muchas opciones de alojamiento en cada bahía. Se recomienda comenzar la caminata en Ship Cove, con un taxi acuático desde Picton hasta el inicio del sendero. Toda la ruta es accesible también para ciclistas de montaña, con algunos tramos cerrados en temporada alta.

El Glaciar Rob Roy, apodo del Jewel of Mt Aspiring National Park, se encuentra a los pies de la cima del mismo nombre. Un magnífico paseo permite acercarse y disfrutar de los paisajes sublimes de las montañas circundantes.

Fue aquí, a 2 km de Paihia, donde nació Nueva Zelanda como nación, y este lugar es uno de los más importantes de la historia y la cultura del país. Hay que planear pasar medio día aquí para disfrutarlo de verdad. En esta colina que domina la bahía de las Islas y ofrece magníficas vistas de los alrededores, entre 43 y 46 jefes rangatira maoríesse reunieron el 6 de febrero de 1840 para firmar el Te Tiriti o Waitangi con la Corona británica y marcar el comienzo de una nueva era, que luego vería proclamada la soberanía de la reina Victoria sobre el país a través del capitán Hobson. Siguieron largos y agrios debates antes de que se estamparan más de quinientas firmas en las dos islas, con problemas de traducción que aún hoy plantean dudas. El Tratado de Waitangi consta de tres artículos, cuyos términos reales siguen abiertos a la interpretación.

Una visita a los terrenos del Tratado le contará todo sobre este gran acontecimiento, sus protagonistas, las numerosas negociaciones y malentendidos a los que dio lugar, y sus consecuencias. In situ, en plena campiña verde, encontrará un museo moderno y bien informado, con objetos y documentos de la época, así como un vídeo explicativo.

El descubrimiento continúa con una informadavisita guiada de cincuenta minutos por toda la finca, desde la Casa del Tratado de James Busby hasta la Casa de Reuniones Tallada (Te Whare Rūnanga), pasando por la gigantesca Ngātokimatawhaorua, la waka (canoa) más larga del país, con 35 metros de eslora y una capacidad máxima de 130 personas a bordo. Esta waka necesitaba tres grandes kauris (una especie de árbol sagrado y endémico de Te Ika-a-Maui). Fue en una waka como ésta donde llegaron los primeros polinesios. Equipado con una audioguía, disfrutará de las animaciones y anécdotas de su guía sobre la cultura maorí, el origen de las dos banderas nacionales, las relaciones entre los primeros europeos y los lugareños, un intercambio de conocimientos sobre la flora y la fauna de Aotearoa, y mucho más. Es necesario reservar para esta visita guiada en los siguientes horarios: 10.00, 12.00, 14.00 o 15.30 h.

Elotro plato fuerte de su visita a los terrenos del Tratado de Waitangi será, sin duda, la representación cultural de media hora de duración, que incluye una impresionante haka tradicional y bailes, cantos y música. Al igual que en la visita guiada, tendrá que reservar un hueco entre las 11.00, las 13.00 o las 15.00 horas.

Los bulders son grandes piedras, perfectamente redondas, que se encuentran en la playa. Hay dos explicaciones a este fenómeno. Según la mitología maorie, que los llama Te Kai-hinak de hinaki ("cesta") y kai ("alimentos"), habrían venido a fracasar aquí, después del naufragio del canoa Arai-ti-uru que había atravesado el gran océano de Kiwa (Pacífico) y las aguas atormentadas de Raukawa. (estrecho de Cook) a la búsqueda de Te Wai Pounamu (jade). La roca cerca del Shag Point representa la canoa; las esferas son las cestas que contienen los kumaras (batatas). Según la versión científica, menos lírica, estas rocas estarían constituidas con cáscara, sílice, aluminio y peróxido de hierro, con una masa cristalina que atraería los elementos del suelo y sería esta forma tan particular. Por lo tanto, la acción del mar no sería responsable. Sólo algunos bulders están presentes en la playa, ya que durante mucho tiempo han sido objeto de regalos y de "pequeño recuerdo de Nueva Zelanda". ¡Los que todavía están aquí deben a su tamaño! Hay nuevas rocas en formación, que pueden observarse saliendo de la superficie de acantilados que dan a la playa.

Es uno de los 11 Grandes Recorridos del país. Se tarda entre tres y cinco días en recorrer toda la ruta desde Marahau hasta Separation Point. En varios lugares hay que esperar a que baje la marea para cruzar. El DOC ha habilitado una veintena de campings y cuatro refugios a lo largo de la ruta. Las vistas a lo largo del camino son fantásticas. Sin embargo, puede adaptar fácilmente su excursión a un día o dos con las lanzaderas por mar y carretera o el alquiler de kayaks.

Aislado del mundo y eminentemente salvaje, Doubtful Sound es sin duda una de las maravillas que ofrece Aotearoa. A quienes se acercan hasta aquí les espera un momento inolvidable. Hay que decir que llegar hasta allí es toda una aventura. Se tarda un día entero en visitarlo y es caro, pero la experiencia es inolvidable. Lejos de los autobuses repletos de tráfico de otros lugares, la tranquilidad y la belleza agreste están a la orden del día. Al ser 10 veces mayor que Milford, Patea cuenta con una fauna más rica y atraerá a todos los amantes de la naturaleza.

Este programa de conservación invita a los visitantes a observar, desde las chozas camufladas, la colonia de los pingüinos de ojos amarillos (Yellow Eyed Penguins o hoiho en maori). Esta especie es la más rara del mundo con alrededor de 5.000 personas que viven exclusivamente en las costas de Nueva Zelanda. Las guías son experimentadas y las posibilidades fotográficas prácticamente garantizadas. También es posible ser alojados.

En verano, se organizan varias torres diarias (incluso al amanecer con daños en el lodge), en invierno una vuelta a las (duración: 45 hora 1 hora aproximadamente, 33 $ por adulto, 12 $ por niño). Los grupos están limitados a 15 personas. Es muy recomendable reservar con antelación.