Los mejores museos Nueva Zelanda

Este es EL lugar que hay que visitar en Wellington y EL museo que no hay que perderse en Nueva Zelanda.

Te Papa Tongarewa significa "el lugar de los tesoros de esta tierra". Es uno de los museos más interesantes del país, y una visita obligada cuando se visita la capital. Como la mayoría de los museos modernos, es interactivo, con zonas dedicadas a los niños y mucha diversión. El complejo se distribuye en seis plantas, donde podrá pasar horas o incluso días descubriendo el país.

En el programa: descubra las características geológicas del país, su flora y fauna, sus volcanes, su vida marina e incluso una reproducción al aire libre del monte, con sus plantas autóctonas.

Los amantes de la historia y la cultura también podrán conocer mejor el mundo maorí, la creación de la nación por el Tratado de Waitangi, la colonización, la historia de los inmigrantes y los refugiados, y una impresionante exposición sobre la batalla de Galípoli contada a través de las experiencias de 8 neozelandeses en el frente (7 soldados y una enfermera); una visita obligada, aunque sólo sea por las figuras gigantes de estos individuos, que parecen reales, creadas por el Weta Workshop. Considerado uno de los actos fundacionales de la comunidad nacional, se trata de un acontecimiento importante para los neozelandeses, pero también para los australianos, que participaron en él.

En la planta superior, una galería de arte ofrece un programa cambiante y hay un mirador con hermosas vistas de la ciudad. También hay una cafetería y una tienda en la recepción.

Un museo que celebra la cultura lésbica del país. En Auckland, el Charlotte Museum contribuye a la conservación, mejora y democratización de los relatos de la comunidad lésbica y, más ampliamente, LGBTQIA+. Además de la exposición permanente, el museo cuenta con una galería de arte, un centro de archivos y una librería. La visita es, por tanto, una experiencia especialmente completa, divertida y rica. Un lugar seguro que fomenta la emulación intelectual y artística, y permite sumergirse en el activismo neozelandés.