Los mejores museos Etiopía

Inaugurado en colaboración con el Musée des Arts premiers du Quai Branly de París, este interesante museo es imperdible. Inaugurado en diciembre de 2009, explica perfectamente la compleja sociedad konso. En él se exponen fotografías y objetos de la vida cotidiana, pero, sobre todo, el lugar está destinado a proteger y preservar las waka, estelas funerarias de madera tallada colocadas en las tumbas de los líderes del clan konso. Durante mucho tiempo, estas raras piezas han sido presa fácil de traficantes y saqueadores de tumbas sin escrúpulos que las vendían en el extranjero por unos pocos miles de euros. La arquitectura del edificio, inspirada en las tradiciones locales, rinde homenaje a la cultura konso.

El museo se encuentra en el antiguo palacio del emperador Yohannis (1872-1889), construido en un emplazamiento con vistas panorámicas de toda la ciudad y de las montañas circundantes. La arquitectura de este palacio-fortaleza sorprende por su estilo casi art déco.

En la planta baja, el vestíbulo, que era la sala de recepción, alberga una colección de armas, monedas, instrumentos musicales y objetos de uso cotidiano, así como una bellísima colección de manuscritos, iconos y cruces de los siglos XVI y XVII procedentes de una colección privada francesa que fueron devueltos bajo los auspicios de Jacques Mercier. Los apartamentos reales exhiben muebles franceses, así como diversos trajes de guerra y ceremoniales.

La escalera, sin ningún apoyo, conduce al salón del trono, diseñado por el italiano Naretti y con una inscripción en ge'ez que reza: «Yohannes IV, Rey del Pueblo de Etiopía».

La terraza, al final de la cual se encuentra la capilla privada del soberano, fue un lugar ceremonial importante, pero también un punto de vigilancia que ofrecía una hermosa vista de esta ciudad multiconfesional desde donde se divisan campanarios católicos, cúpulas ortodoxas y minaretes musulmanes. El guía es amable y hablador.

En tres salas sucesivas, el museo presenta el reino oromo fundado por el rey Abba Jifar y la historia de su reinado desde 1830 hasta 1855. Expone trajes e instrumentos musicales oromo, armas, libros y artesanía local, incluyendo los famosos asientos tallados en una sola pieza de madera. Entre las posesiones de los gobernantes oromo, el trono del último rey Abba Jifar es una de las principales piezas de la colección. Este rey fue también el primero en convertirse al islam tras el comerciante de Gondar Abdul Hakim, en 1830.

Completo y bien presentado, este museo es, sin duda, el más interesante después del Museo etnológico de Adís Abeba. En él, objetos y herramientas de la cultura oromo tradicional arrojan información sobre las distintas actividades que rodean el trabajo del algodón, la madera, el cuero, el metal, el cuerno, la piedra y la tierra. El visitante aprenderá que la región de Wolega es particularmente rica en especies arbóreas muy diversificadas, pero también en recursos mineros (oro, platino, hierro...). Una sala muestra ropa e instrumentos musicales tradicionales oromo, así como la etnia jebelawi, la población musulmana que vive alrededor de Asosa, la actual capital de la región de Benishangul-Gumuz, que se extiende a lo largo de la frontera. Entre los objetos religiosos se conserva la primera Biblia traducida al oromo por Anismos Neciv en el siglo XIX. La lectura de algunos paneles explicativos indica, por la ideología de los textos, que se escribieron durante el período del Derg y que no han sido renovados desde entonces. Los comentarios del guía (que habla un poco de inglés) son animados y hacen que la visita sea agradable.

Ubicado en un saliente poco después de la entrada de la ciudad, el museo se encuentra en una antigua residencia de interesante arquitectura, construida por los italianos durante la ocupación. Además de las colecciones de instrumentos musicales, artesanía tradicional y objetos religiosos, el lugar es interesante por la hermosa vista que ofrece de la ciudad y del antiguo palacio del ras Mikael, fundador de la ciudad a finales del siglo XIX, que se encuentra en la colina de enfrente (cerrado al público).

Debido a la falta de visitantes, el museo parece abrir según la voluntad de su director, que siempre anda cerca. Si tenemos paciencia, nos vendrá a buscar.

El Museo Zoma es un nuevo centro de descubrimiento arquitectónico y botánico de Addis Abeba, popular entre las familias los fines de semana por su amplio y tranquilo jardín plantado con especies y flores locales. No se trata de un museo tradicional, sino de casitas de tierra, ladrillo, paja y otros materiales naturales utilizados en la arquitectura tradicional etíope, con paredes esculpidas con diseños geométricos. Albergan un restaurante, una librería... y es posible hacer una visita guiada, ya que no hay paneles explicativos.

Este palacio fue construido en 1870 por Moti Kumsa Moroda, el tercer y último rey de Wolega, quien se convirtió al cristianismo y juró fidelidad al emperador Menelik. Su familia, que vivía allí, fue desalojada por el Derg y enviada a Adís Abeba. Desde entonces ha sido transformado en museo y está abierto al público. El palacio, de dos plantas y con una decena de edificios, se construyó según la interesante arquitectura tradicional oromo. Visita guiada en un agradable inglés rudimentario.

Después de ocho años de trabajo, el Museo del Café abrió sus puertas en 2015 con gran pompa en Kaffa, la ciudad histórica de este grano de café tostado y molido en todo el mundo. Desde entonces el edificio vacío, ha luchado por llenarse y ha puesto en marcha una modesta exposición sobre la historia del café, incluyendo la variedad Kaffa y su cultura en la región. También exhibe objetos arqueológicos, incluyendo los granos de café más antiguos del mundo, descubiertos en la cueva de Kumale, en la región, y que datan del siglo III d. C.

Entrada: 50 birrs. Abierto de 8.30 a 17.30 h de lunes a sábado.

Recientemente inaugurado, este museo destaca por el bello edificio en que se ubica, de piedra tallada. También acoge la oficina de los guías en el primer piso y de los conservadores de Tigray. El museo cuenta con interesantes objetos, como un altar de sacrificio pagano encontrado en Adi Akaweh, de veintiocho siglos de antigüedad, así como bellas piezas de cerámica, joyas y objetos de uso cotidiano contemporáneos de la época romana, encontrados en diferentes yacimientos alrededor de Adigrat, Axum y Tigray, en general. La primera sala contiene el primer generador eléctrico de Wukro, de principios del siglo XX, y una historia detallada de su funcionamiento, así como una serie de fotos de los habitantes de dicha época.

Este nuevo museo, situado en el corazón del nuevo Parc de l'Amitié, completa una oferta cultural que está experimentando grandes cambios en esta zona aristocrática de la ciudad. Este pequeño museo privado se encuentra en la antigua residencia de la Sra. Yimtubezinash Habte, construida en 1892 por constructores indios que mezclaron su arquitectura con el estilo etíope. Es un símbolo histórico porque data de la creación de Addis Abeba y la Sra. Habte era una mujer de negocios de principios de siglo y hermana de Fitawrari Shemeles Habte, el administrador de Harar de la época que luchó contra Italia durante la primera invasión de Meychew. Ella misma fue una luchadora de la resistencia encarcelada por los militares italianos hasta 1933, una verdadera figura femenina en la construcción de la nación etíope. La casa permaneció en la familia durante cinco generaciones hasta que ella decidió dejarla para crear un museo que pretende ser patriótico y unificador, en una Etiopía que necesita hoy símbolos de unidad. La exposición permanente incluye fotos de época y se centra en la Batalla de Adwa, en la que los etíopes ganaron a los italianos la batalla decisiva que convirtió a esta nación en el único país colonizado de África. También hay fotos de Addis Abeba en sus inicios. El museo también se propone realizar investigaciones sobre el patrimonio etíope y celebrar conferencias sobre el tema. También se programan exposiciones temporales.

Inaugurado en octubre de 2022 por el Primer Ministro Abiy Ahmed, este museo dedicado a la ciencia y la transformación digital tiene una arquitectura futurista. Está situado muy cerca de los parques de la Unidad y la Amistad, en el nuevo corazón turístico de Adís Abeba. Su sala de exposiciones circular de 15.000^m2 ha sido bautizada como el "anillo de la sabiduría". Simboliza la infinita capacidad de creación de la humanidad. Las exposiciones son interactivas y educativas. El Théâtre du Dôme cuenta con un cine en 3D, como el Géode de París.