Restaurantes cocina del mundo Tanzania

Una excelente relación calidad-precio en un ambiente distendido y rústico, a orillas del río Themi, que desemboca un poco más abajo. Este pequeño restaurante eco responsable está gestionado por una comunidad de mujeres víctima de los peligros de la vida y cuenta con el apoyo de una ONG italiana. Por 5.000 TSH, le servirán un buen plato de verduras (espinacas, judías, lentejas…) acompañado de deliciosas tortas de berenjena con todo el zumo de fruta que desee. Todo se cultiva en el lugar, en la huerta de la asociación. Cierra por la noche y los fines de semana.

El Passion Boutique Hotel hace honor a su nombre con platos espectaculares y apasionadamente contundentes. Para empezar, el delicioso guacamole se sirve con crujientes chips de yuca. ¿Qué le parece el pulpo a la parrilla con ajo y lima, el arroz con coco y la ensalada picante de tomate y cebolla kachumbari, o la pasta con pesto de moringa, la energizante planta africana? Muchas opciones vegetarianas. Como aperitivo, frente a la playa, el restaurante ofrece una gran cantidad de cócteles y mocktails creativos.

Un café-restaurante amueblado con sencillez pero encantador, que dispone de una pequeña terraza exterior con palmeras y mesas de madera, muy agradable y sombreada. Es el lugar perfecto para ver desfilar a los transeúntes en Kenyatta Road, tomando su café y hojeando un libro. El local es una buena opción para tomar un desayuno tardío y no demasiado caro, pero también para el almuerzo o la cena, ya que sirven platos copiosos y deliciosos a precios más razonables que junto a la playa. Son los mismos propietarios que en el restaurante Archipelago, conocido también por sus platos desbordantes de deliciosa cocina suajili. En el menú del Stone Town Café: atún a la parrilla, buey con mantequilla de ajo, marisco, smoothie de aguacate, spice coffee, especialidades suajilis… ¡Cabe destacar el pan casero de plátano y coco por las mañanas! El lugar es también un B&B barato.

Mzee Husa es la nueva joya gastronómica de Jussi, un chef sueco que ha trabajado en los renombrados hoteles Essque Zalu y Zuri. En su restaurante de precios democráticos, cocina según su inspiración, combinando influencias swahili, mediterráneas y nórdicas. Como este milhojas de berenjena con gambas y crema de aguacate, o este pescado con puré de remolacha y salsa de cítricos... Todo está delicioso y los platos están decorados con flores. Cócteles de autor y postres originales. Mesas con los pies en la arena o arriba, con vistas al océano.

Es el mejor restaurante de Mtende, por su extraordinario entorno y la calidad de sus platos finamente preparados. El restaurante está encaramado a una terraza en la copa de un enorme baobab. Las cocinas están abiertas ininterrumpidamente, así que venga a comer o cenar antes o después de su visita a la playa de Mtende. En la carta, además de las gargantuescas y deliciosas langostas (servidas con chutney de aguacate o salsa de berenjena): pescados enteros marinados y a la plancha, los famosos langostinos jumbo (gambas tigre), hamburguesas, deliciosos zumos frescos (zumo de baobab)..

Este nuevo restaurante local de la aldea de Jambiani ya es uno de los favoritos de los clientes habituales, que adoran sus platos económicos. Hay que decir que los cocineros se han formado en restaurantes de lodge, por lo que dominan el arte. Es un placer ver cómo se afanan en la cocina abierta. La sala al aire libre es modesta, pero limpia y fresca. La carta de platos de pizarra, copiosa y servida con rapidez, cambia a menudo. Nos encantó el solomillo de atún a la plancha incrustado de anacardos con salsa de mango y las cigarras a la plancha a precio de ganga.

Situado en la planta 21, y última, de las torres Golden Jubilee, a medio camino entre el club de golf y la terminal de ferris, el Akemi es el restaurante más elevado de la ciudad y también uno de los mejores. Su amplia sala, redondeada y rodeada de cristaleras, ofrece unas vistas panorámicas magníficas hacia el océano Índico, al oeste, y la cala de Kurasini, al sur. Las mesas están dispuestas en círculo alrededor del bufé central, que es un valor seguro y asequible (35.000 TSH). La base de la carta es la sabia mezcla de especialidades indias, asiáticas y occidentales con especias procedentes de Zanzíbar. Música en vivo todos los viernes entre las 17 y las 19 h. Es recomendable reservar para poder cenar.

El mejor restaurante de los alrededores, situado en la cima de un acantilado con vistas impresionantes a la bahía. El restaurante del Mkoma Bay propone cada noche una cena completa con tres platos a elegir (pescado, carne, vegetariano) de inspiración africana y europea, muy bien cocinada. Es el lugar de encuentro de gourmets y románticos.

Un entorno romántico y tranquilo propicio para las grandes declaraciones amorosas. Bancos de hierro forjado bajo cenadores y un jardín presidido por una fuente al fondo… La carta es tan pantagruelesca como las de los restaurantes ultra generalistas del barrio; además aquí se pueden elegir shawarmas y una pizza margarita para cuatro de un metro de diámetro (!) por 40.000 TSH. Bar de zumos de frutas instalado bajo un franchipán. Es una pena que la garza azul alce el vuelo durante la semana, incluso antes de la puesta de sol.

El bar-restaurante boho chic del hotel Upendo cuenta con una terraza de madera, sofás y cojines sobre la arena, donde se puede tomar un cóctel justo enfrente de The Rocks. Los platos son increíbles: es difícil elegir entre bowls veganos, sushi, ensaladas (atún crujiente chamuscado con pimiento, papaya verde y anacardos), hamburguesa gourmet, tapas (samosas de cangrejo y chutney de tamarindo), el pulpo es increíblemente tierno, dorada con risotto de azafrán, trufa, dátiles escalfados en oporto y almendras... Excelente y muy popular brunch dominical con DJ.

Esta hermosa casa en la playa se ha convertido en un bar de moda. Nada más llegar, unos acogedores sofás blancos invitan a tomar el sol en la terraza, junto con mesas para comer, cenar o tomar un cóctel mientras se pone el sol. Música de DJ bien elegida los fines de semana y durante el brunch dominical. Se viene aquí por una copa de vino sudafricano o un buen cóctel preparado por auténticos camareros. Los platos, en cambio, decepcionan un poco en cuanto a sabores, que uno esperaría más sofisticados y frescos, sobre todo a este nivel de precio.

Es sin duda el mejor restaurante de Moshi, tanto por su entorno como por sus platos. El BruBru Lodge, recientemente inaugurado con un nuevo diseño, es también un restaurante popular entre lugareños y expatriados, que ofrece una comida deliciosa y un ambiente romántico a la luz de las velas por las noches. El ambiente es muy acogedor, tanto en el interior, en la terraza, como en el jardín, con los pies en el césped bajo los árboles. El menú a la carta ofrece muy buenos platos de fusión, tanto orgánicos como refinados, con sólo un puñado de platos que cambian regularmente.

Se trata de una cafetería artística y de diseño situada en el moderno barrio de Masaki. Combina muebles de madera exótica con un bonito suelo, mientras que las paredes blancas y los ventanales con vistas a la vegetación aportan luminosidad al local. Los acogedores sofás de terciopelo gris y azul completan este magnífico entorno. La carta incluye cafés, zumos, desayunos, hamburguesas, ensaladas... Pero también originales hot bowls, buddha bowls y un creativo menú infantil. Nos encantó el Bambara bowl (mijo, aguacate, nueces, chalotas, elección roja, mange-coco y salsa de limón).

Este sitio le dejará boquiabierto. Como bien indica su nombre, este restaurante está encaramado en una roca en medio de la laguna, a la que se llega andando con la marea baja, pero en barco con marea alta, por la noche a la hora del aperitivo. The Rock se convierte en ese momento en un islote aislado de la orilla, tal y como aparece inmortalizado en las fotos más famosas de la isla. La atmósfera es trendy, con música ambiental suave (el estilo sereno y dulce de Sade durante nuestra visita). Hay sofás en la terraza frente a la laguna, un rincón ideal para saborear un cóctel o una copa de vino mientras le preparan su mesa dentro. El degradado de azules hasta el infinito se convierte entonces en un espectáculo excepcional. La cocina está a la altura del lugar, de muy alto nivel, ya que los platos que se ofrecen se cocinan con ingredientes refinados (langosta, cigalas, calamares, pulpo, pescado, además de carnes de calidad). Sepa que para tener el privilegio de cenar en el Rock hay que pagar lo que sea necesario, pero los platos y el vino lo valen, y los camareros están atentos a todos los detalles. Si no puede permitirse comer allí, simplemente pase a tomar algo.