Los más bellos parques y jardines Turquía

Göreme es conocido por su parque y sus chimeneas de hadas. Las iglesias reflejan el arte y la arquitectura bizantinos. El parque cuenta además con ciudades subterráneas. El santuario subterráneo más espectacular es el de la Hebilla (Tokalı Kilise), que cuenta con notables frescos evangélicos del siglo X. Si no pudiese visitar todas las iglesias del valle, opte por la de la Serpiente (Yılanlı Kilise), donde podrá contemplar el dragón que mató san Jorge, y la de la Manzana (Elmalı Kilise).

El parque formaba originalmente el cuarto jardín del palacio Topkapı. Es el parque más antiguo de la ciudad otomana. Los fines de semana acuden familias, enamorados y muchos visitantes. Y para terminar el paseo en belleza, hay que disfrutar de un té en el çay bahçesi (jardín de té), ¡por supuesto! En el parque se encuentra la columna gótica con una inscripción en latín: Fortunae reduci ob devictos Gothos ("A la prosperidad vuelta con la derrota de los godos").

Caddebostan es un barrio, pero también es parte del río verde que recorre la costa asiática del mar de Mármara. Muy concurridos entre los jóvenes de Estambul, pero también entre las familias, muchos son los que acuden a disfrutar de esta gran extensión de hierba cuando se insinúa el más mínimo rayo de sol. Cada uno de los parques está equipado y muy bien organizado: barbacoa, zonas de pícnic, sillas de camping, mesas.... Son toda una institución. Los jóvenes se reúnen aquí para tomar unas cervezas frente al Bósforo. Al caer la noche, son los bares de las calles del barrio los que cobran vida.

Pronto descubrirá que Estambul es una ciudad ruidosa y muy bulliciosa, e incluso para una estancia corta, un soplo de aire fresco y verde siempre es bienvenido. El bosque de Belgrado es muy popular entre los estambulíes, especialmente los fines de semana. Tan pronto como llega el buen tiempo, las familias cogen sus cestas de pícnic y vienen a disfrutar de este entorno verde. El bosque toma su nombre de una antigua comunidad de madereros serbios que vivían en una aldea entre los árboles.

Frecuentado asiduamente desde la época de Solimán el Magnífico como lugar de caza y de recreo, el parque forma parte de un complejo que acogió los primeros edificios bajo la era de Ahmed I (1603-1617). Abdülmecit (1839-1861) deseaba empezar su rehabilitación y la demolición de todas las estructuras, pero fue durante la época de Abdülaziz (1861-1876) cuando se construyeron los edificios actuales. Le pidió al arquitecto Garabed Balian que construyera los pabellones de la Jaima (Çadır Köşkü) y de Malta (Malta Köşkü). Las pinturas interiores reflejan a menudo los temas de la caza y la serenidad. Pero el parque es más conocido por el sultán Abdülhamid II (1876-1909), quien, desconfiado del palacio de Dolmabahçe, que consideraba peligroso para su salud y bienestar, lo había elegido como su primera residencia. Debido a su hostilidad hacia la monarquía constitucional y los movimientos nacionalistas que entonces empezaban a germinar, el sultán Abdülaziz fue víctima de un golpe de Estado el 30 de mayo de 1876. Su sucesor, Murad V, permaneció en el poder por solo 96 días. Supuestamente loco, fue destituido a favor de Abdülhamid II. Apasionado por la carpintería y aficionado al arte, contrariamente a la imagen austera que se tiene de él, enriqueció el parque con nuevos edificios: teatro y sala de ópera, baño turco, biblioteca, farmacia, zoológico...

Cerca de la entrada, a la derecha, un camino conduce al mausoleo (türbe) de Yahya Efendi,uno de los santos más famosos del islam. Nació en Trebisonda el mismo día que Solimán el Magnífico. Su madre era enfermera del sultán. Lo acompañó a Estambul y se convirtió en uno de los teólogos más destacados de su tiempo. Subiendo a la izquierda, se llega primero al pabellón de la Jaima (Çadır Köşkü), ahora un café-restaurante. Si sigue subiendo la pendiente, ya casi en la cima, le aguarda el edificio más bello del parque, el Şale Köşkü. Construido y ampliado según la voluntad de Abdülhamid II, su nombre proviene del término francés chalet, quizá una alusión a su ubicación. Las obras se completaron en 1898. A diferencia de Dolmabahçe, la estética arquitectónica da la impresión de una armonía más simple, a la vez que elegante y expresiva. Además, el sitio estaba destinado a albergar a representantes y estadistas extranjeros. Para llegar al pabellón de Malta, también transformado en cafetería-restaurante, hay que pasar por el ala derecha al final del parque. La mezquita de Hamidiye no se encuentra dentro del parque, sino en una calle paralela (Müvezzi Caddesi) que comienza en Çırağan Caddesi (en el extremo derecho).