MEMORIAL DEL GENOCIDIO DE KIGALI
leer másInaugurado en 2004, en el décimo aniversario del genocidio, el Memorial de Gisozi alberga los restos de más de 250.000 víctimas del genocidio, asesinadas en Kigali y sus alrededores.
Esta traumática visita trae de vuelta el dolor de los muchos visitantes ruandeses, cuyos gritos y chillidos pueden ser escuchados a veces. En el edificio moderno, el visitante se enfrentará primero con la historia colonial. Los videos muestran a los belgas midiendo los rostros de los ruandeses, para determinar quién es hutu, quién es tutsi... La siguiente galería describe el genocidio y la monstruosa eficacia del plan de exterminio. Las imágenes de video son aterradoras. Muestran a los asesinos en acción, heridos pidiendo misericordia a sus verdugos, cráneos y huesos apilados... Más adelante, imágenes de héroes, aquellos que arriesgaron sus vidas para esconder a los perseguidos. Y luego, cientos de fotos de víctimas de genocidio, cuando estaban vivas, felices, tal vez despreocupadas. Todo lo que queda de estas víctimas son huesos, sus ropas, algunos objetos. La parte más difícil es al final: el memorial de los niños. Catorce grandes fotos muestran tantos niños jugando o durmiendo, y debajo de cada uno de ellos sus últimas palabras, sus talentos, sus sueños y cómo murieron.
La visita continúa afuera en el "Jardín de la Meditación", donde los visitantes pueden meditar. Aquí se ven sobre todo jóvenes y mujeres como esta viuda de Nyamirambo, que viene una vez al mes a meditar cerca de las fosas comunes. "Antes, no podía soportar cruzar el sitio. Ahora es mi único consuelo. Cuando estoy allí, me siento conectada a mis seis hijos y a mi marido, que están todos enterrados aquí", dijo a la agencia InfoSud-Syfia.
A la salida del monumento, los visitantes pueden meter un boleto en la urna para ayudar a los sobrevivientes. "En colaboración con la oficina de turismo, estamos estudiando cómo introducir una cuota de entrada", revela el coordinador de los sitios conmemorativos. Los distinguidos invitados del país suelen venir a los lugares conmemorativos para reunirse y ver por sí mismos la magnitud de la tragedia.
Gisozi es un lugar para darse cuenta de lo que pasó, para recordar y darse el valor de actuar para que la barbarie nunca más se imponga. Como deber de memoria, se organizan regularmente actividades educativas en el lugar.
Hay guías disponibles, así como audioguías en francés. La cafetería está abierta todos los días. Cuenta con 1h30 en el lugar.
TUMBA DE DIAN FOSSEY
leer másEn 1985, el primatólogo estadounidense Dian Fossey, que ayudaba a proteger a los gorilas de montaña en peligro de extinción, murió por dos golpes de machete a la edad de 53 años. Había pasado 18 años en el Centro de Investigación de Karisoke (una contracción de Karisimbi y Bisoke), que había construido a una altitud de 3.000 m en la cordillera de Virunga.
Está enterrada bajo una piedra con la inscripción Nyiramachabelli, que significa "el solitario del bosque". Su tumba se encuentra en medio de las de los gorilas que estaba estudiando. Está junto a Digit, un gorila de espalda plateada que apreciaba mucho, que murió hace ocho años. Las circunstancias de su asesinato nunca han sido dilucidadas, y la identidad de su asesino sigue siendo desconocida. ¿Quizás los cazadores furtivos? Sabemos que los odiaba ferozmente, incluso pagando a los rastreadores para que los atraparan y los llevaran a la policía.
Su vida fue narrada en una exitosa película, Gorilas en la niebla, de Michael Apted (EE.UU., 1988), protagonizada por Sigourney Weaver. En la actualidad, seis asociaciones internacionales continúan el trabajo de Dian Fossey, una de las más conocidas es la Dian Fossey Gorilla Found International DFGFI, con sede en Atlanta, de la que Sigourney Weaver es presidente honorario.
Para ir a su tumba (sólo acompañado por un guía oficial), hay que tomar un sendero empinado y fangoso de 7 km, una subida de 2 horas, rápidamente olvidada ya que Karisoke es uno de los lugares más bellos del mundo. ¡Sin exagerar!