Le Mont Ventoux est un des rares endroits où l'on peut observer la vipère d'Orsini © taviphoto - iStockphoto.com.jpg
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Mamíferos y reptiles

La gamuza, el muflón, la gineta, el zorro rojo, el lobo, el ciervo, al que se oye bramar en otoño cerca del Ventoux, el castor, antaño desaparecido pero que vuelve a remontar los ríos, y la caza (jabalíes, conejos, liebres, faisanes, perdices) son omnipresentes en la zona.

Entre los reptiles destaca la víbora de Orsini, una de las serpientes más raras de Francia. Las laderas septentrionales del Mont Ventoux son uno de los últimos lugares donde aún puede verse, al igual que la coronela girondina.

Pájaros

Hay unas 1.200 especies diferentes de aves rapaces y nidificantes. Los pinzones y herrerillos vienen del norte y se encuentran con los rollers y abejarucos del sur, dos puras maravillas de colores extraordinarios. El primero es el pájaro de los cuentos infantiles: un azul eléctrico, turquesa o ultramarino según la luz, que contrasta con un dorso rojo vivo. Se puede observar revoloteando sobre un cable eléctrico. Aproveche su vuelo semicircular para admirar el brillo excepcional de los colores de su plumaje. El abejaruco es quizás el más notable: rojo, amarillo, turquesa y verde, todos ribeteados de negro. Los provenzales lo llaman el cazador africano. Su vuelo es asombroso, alternando el vuelo en picado con el vuelo libre.

El alimoche se reconoce por su plumaje blanco con ribetes negros y su cabeza calva. No tiene igual cuando se trata de encontrar ovejas, conejos muertos o reptiles aplastados en las carreteras, ya que es un auténtico carroñero. Más noble es el águila perdicera, que adora los afloramientos rocosos y los matorrales secos. Se refugia en estos paisajes salvajes para reproducirse y escapar de sus depredadores. Su principal enemigo es el hombre, ya que el senderismo, la caza fotográfica, la escalada y el parapente perturban la existencia de esta águila particularmente tímida. Hoy en día, esta magnífica ave blanca de alas grises está protegida y sus zonas de nidificación se mantienen en secreto.

Piscis

Con 700 ha de lagos, estanques y masas de agua clasificadas de segunda categoría para la piscicultura, y 2.600 km de vías navegables, incluidos unos 400 km de riberas clasificadas de primera categoría para la piscicultura. Con una superficie tan grande, hay algo para cada aficionado a la pesca: prácticamente todas las especies francesas están presentes, con no menos de cincuenta especies catalogadas.

También hay "monstruos" como el lucio y el siluro. El primero, que recibe distintos nombres según la región, no puede ser confundido con ninguno de los dos, ni siquiera por los novatos. El sheatfish es el más impresionante de estos peces de agua dulce, con su cabeza grande y plana, su mandíbula imponente y sus ojos diminutos.

Por último, el Vaucluse alberga numerosas especies migratorias, como la lisa (o muge) y la más conocida, el sábalo, que solía pescarse en el Ródano. El sábalo, especie marina, está clasificada como vulnerable.

Insectos

La cigarra, ¡tan emblemática de la Provenza! Pero no podemos detenernos aquí. Y ya que estamos en las colinas, no olvidemos al magnífico lagarto verde, conocido en Provenza como limbert. Es un excelente trepador y nadador, al igual que su primo el lagarto ocelado, ambos tan esquivos como el pequeño lagarto gris de pared.

No hay que olvidar a la tarántula o salamanquesa, que elige las paredes de las casas antiguas para tomar el sol o, alternativamente, caza con fruición insectos reunidos al atardecer cerca del menor punto de luz. Esta caza es posible gracias a unos pelos microscópicos curvados en forma de ganchos que le permiten aprovechar la más mínima aspereza, incluso en una pared vertical o en el cristal de una ventana.

Las mariposas figuran entre las especies más frágiles y son "bioindicadoras". La Apolo y su prima la Semi-Apolo se encuentran desgraciadamente entre ellas. La Filipendula perlada ya ha desaparecido del Vaucluse.

La flora

Esta flora incluye muchas especies protegidas en las laderas del Mont Ventoux. Entre ellas, la Alysse à fleur en coin, cuyas flores amarillas florecen de junio a julio. Se trata de una planta muy rara que sólo se encuentra en algunos macizos mediterráneos, desde Grecia hasta España; el Anacoly de Bertoloni, que crece en los canchales y roquedos de las laderas septentrionales, con sus hermosas flores azul violáceo y sus anteras amarillas (la parte terminal del estambre) de mayo a julio; la Euphorbia de Loiseleur; el Panicaut de espinas blancas, un cardo muy raro con espinas blancas, que también se encuentra en el suroeste de los Alpes.

Estas joyas no deben eclipsar la amapola de Groenlandia, el ajo de flor de narciso, el alpiste recto y la viperina de llantén en el Luberon...

En cuanto a la flora clásica provenzal, el olivo ocupa el primer lugar. Desde hace más de 2.500 años, reina en los suelos calcáreos, seguido de la higuera, cuyos límites hicieron decir a un viejo provenzal: "Mais le Nord, petit, il commence au dernier figuier" Y no olvidemos el almendro, el serbal de los pájaros, el pistacho terebinto, los pinos, los plátanos, la morera plana, los almez que dan sombra a las plazas de los pueblos donde juegan los jugadores de petanca, los robles verdes o blancos, el cedro, el ciprés, el huso cónico apuntado en apretadas hileras hacia el cielo, que a menudo se planta solo, cerca de las casas, porque tiene fama de alejar los maleficios.

La Vaucluse es ante todo un bouquet garni Tomillo, laurel, hinojo, ajedrea, romero, salvia... lavanda y lavandín, ¡azafrán! En el siglo XIX, ésta era la tierra de la rubia, cultivada primero en las antiguas marismas entre Isle y Entraigues, antes de que la producción se extendiera por todo el departamento. En Lauris se ha creado un jardín conservatorio de plantas tintóreas, un jardín extraordinario donde se cultivan las plantas que se utilizarán para producir tintes naturales. Está situado en las terrazas del castillo. Y la tienda está llena de tesoros.

La Naturoptère de Sérignan-du-Comtat

Centro educativo y cultural dedicado al mundo de los insectos y de la naturaleza, no se lo pierda. También se pueden observar plantas. Hay talleres y exposiciones para grandes y pequeños. La visita dura 1h30.