Monumentos a visitar Algarve

Su posición estratégica permitió proteger el estuario. Fue construido alrededor de una torre de vigilancia erigida durante el reinado de Juan II (1481-1495). Ferragudo ni siquiera existía todavía. Sólo más tarde (mediados del siglo XVI) aparecieron los primeros muros defensivos. La construcción final de la muralla data de 1643. Después del terremoto de 1755, pasó por momentos muy difíciles. Mal mantenida, perdió parte de su prestigio hasta principios del siglo XX, cuando el poeta Coelho Carvalho emprendió trabajos para convertirla en una residencia.

Encaramado en su acantilado, parece marcar el fin de un mundo. Al precipitarnos, tenemos la vaga impresión de dejar el planeta tierra por un universo desconocido. Construido inicialmente en el siglo XV, rediseñado según las construcciones de Vauban en el siglo XVIII, fue desfigurado en el siglo XX por un bloque de hormigón para su comercialización. Se dice que la rosa de los vientos en mosaico data de la época de Enrique el Navegante y que sirvió de instrumento para la escuela náutica que fundó en Sagres.

Es uno de los faros más potentes de Europa. Construido en 1904, tiene una luz que puede verse a 90 km de distancia. En su interior, su pequeño museo, que se puede visitar en un máximo de 30 minutos, explica la importancia del lugar. El faro está rodeado por una fortaleza construida en el siglo XVI para protegerse de los ataques de los moros. La leyenda cuenta que las murallas se construyeron sobre un antiguo convento medieval, donde se cree que están los restos de San Vicente.

Es obvio que no fue construido allí por casualidad. Las civilizaciones más antiguas ya habían elegido este lugar como punto militar estratégico. Los primeros vestigios se remontan incluso a la Edad de Hierro, hacia el año 1100 a.C. Se conservan dos torres que marcan el final de una larga muralla que apenas ha sido alterada desde su construcción. En su interior podemos ver una cisterna árabe. Si se requiere algún esfuerzo para lograrlo, la hermosa vista desde las alturas es la recompensa correcta.

Déjese llevar por las estrechas callejuelas de Odeceixe. Visite la iglesia, que está cerca de la Taberna do Gabão, en la calle de la Iglesia. A continuación, suba las escaleras de la derecha y continúe hasta el molino. En la cima, disfrutará de una magnífica vista de Odeceixe y sus alrededores. Este molino encaramado en lo alto del pueblo se utiliza para moler cereales. Es muy bonito, aunque no se puede visitar su interior porque está cerrado al público.