Los mejores museos Anatolia Y Capadocia

El museo es en realidad un valle que cuenta con unas treinta iglesias con magníficos frescos (siglos X y XI) y varios monasterios. Las iglesias son conocidas por los apodos que les atribuyeron los habitantes de la región.

Iglesia de la Hebilla (Tokalı Kilise). Es el edificio rupestre más grande y bonito de la región. Está dividido en dos partes: la iglesia antigua y la nueva. Los frescos de la primera (siglo X) representan escenas de la vida de Cristo en un estilo primitivo. Los murales de la segunda, con un precioso fondo azul (finales del siglo X y principios del XI), tienen un gran valor artístico. Sus figuras alargadas están entre las obras maestras del arte bizantino.

Iglesia de la Manzana (Elmalı Kilise). Se dice que su nombre viene de un fresco muy bien conservado del arcángel Gabriel en el que sostiene una manzana. Tiene cuatro columnas. Se distinguen la Crucifixión, la Resurrección de Lázaro y la Déesis. En la cúpula central, vemos a Cristo.

Iglesia de Santa Bárbara (Azize Barbara kilese). Se trata de un edificio de planta de cruz excavado en la roca que tiene dos columnas. Los pintores se decantaron por el rojo y el ocre para las figuras y motivos de estilo naíf, como el gallo que simboliza la negación de san Pedro, los extraños insectos, que a veces representan al diablo, y los estilizados cipreses. También cuenta con una representación de santa Bárbara, de los caballeros Jorge y Teodoro, y de María.

Iglesia de la Serpiente (Yılanlı Kilise). Debe su nombre al fresco que representa a san Jorge y san Teodoro matando al dragón. Destaca la pintura de san Basilio y santo Tomás junto a san Onofre, que presenta pechos femeninos y barba. Al lado hay un refectorio con doble ábside. El asiento de la pared estaba reservado a la superiora del convento. La cocina y la bodega están una junto a la otra.

Iglesia Oscura (Karanlık Kilise). La única ventana de la iglesia no deja pasar la luz, lo que probablemente explica el excelente estado de conservación de los frescos. En la cúpula, encontramos un Cristo Pantocrátor, y en el nártex, una magnífica Ascensión. Las pinturas representan el nacimiento de Cristo y su crucifixión.

Al fondo del roquedal se localiza otra iglesia, sin nombre, decorada con un motivo de una cruz de cinco círculos único en la región.

Iglesia de las Sandalias (Çarıklı Kilise). Según la creencia popular, el extraño nombre viene del rastro de sandalias frente a la entrada que indicaba el paso de Cristo.

El Museo de las Civilizaciones de Anatolia es una visita obligada en la capital turca y es uno de los museos más bellos del país. Las ricas colecciones expuestas son el preámbulo perfecto para la agitada historia de Turquía. Ubicado en dos edificios otomanos, un bedesten (mercado cubierto) construido por el visir Mahmut Paşa en 1471 y el caravasar Kurşunlu Han, este formidable museo, único por sus raras colecciones, permite seguir las diferentes civilizaciones presentes en Turquía desde el Paleolítico hasta la época romana.

Los hallazgos más fascinantes se refieren a los periodos neolítico e hitita. Los objetos están dispuestos en orden cronológico. Para entender las explicaciones, es imprescindible dominar el inglés o adquirir una guía Tras los fósiles del Paleolítico, se llega a las vitrinas de los restos descubiertos en Çatal Höyük (6500-5700 a.C.). Aquí se reconstruye una vivienda con sus pinturas murales. Las herramientas muestran el desarrollo de la agricultura, pero lo más interesante son las estatuillas de terracota de mujeres de generosas proporciones que representan a la Gran Diosa Madre de Hacılar, símbolo de la fertilidad. En las Cícladas griegas se han desenterrado estatuillas similares. A continuación, se pasa al periodo calcolítico (5500-3000 a.C.), con las primeras herramientas y utensilios de cobre encontrados en Hacılar y Alacahöyük.

La fabricación de objetos metálicos se diversificó durante la Primera Edad del Bronce (3000-1950 a.C.). Los objetos que se exponen aquí, como hermosas joyas, discos solares y animales de electrum, se encontraron en Alacahöyük, la capital de los Hattis. En la sección dedicada al periodo de asentamiento asirio (1950-1750 a.C.), se exponen magníficos vasos de libación con forma de animal. Los mercaderes asirios contribuyeron en gran medida al desarrollo de la civilización de Anatolia al introducir, entre otras cosas, la escritura. A continuación, la colección del Imperio Hitita (1750-1200 a.C.), con tablillas con escritura cuneiforme y una cerámica excepcional, que complementa algunas visitas a Capadocia, y, por último, los periodos frigio (1200-700 a.C.) y urartio (1200-700 a.C.). Los Urartes eran los principales oponentes de los frigios.

La parte central del museo, dedicada a la escultura hitita, presenta frisos inspirados en las epopeyas militares y estatuas monumentales.

Principal punto de interés de Konya, el monasterio fue, hasta 1927 (cuando se prohibió la cofradía), la residencia de los derviches giratorios, los mevlevis, una orden sufí inspirada en el poeta místico persaDjalâl ad-Dîn Rûmî, llamado Mevlana. El tekke de Mevlana comprende un gran patio con una fuente (siglo XVI) y 4 türbe a la izquierda después de la puerta, el edificio de la celda donde los derviches, tras un periodo obligatorio de trabajo manual, podían dedicarse a la oración frente a la entrada, el edificio donde se encuentran la tumba y el museo de Mevlana y, a la derecha de la entrada, las antiguas cocinas. El convento fue restaurado por Beyazıt II en el siglo XV. Para entrar en la türbe donde está enterrado el gran sabio, hay que quitarse los zapatos. Las mujeres deben cubrirse la cabeza. La tumba está cubierta con una tela de terciopelo bordada en oro.

En la samâ (sala de ceremonias), se puede admirar una colección de instrumentos musicales, entre ellos el famoso ney (flauta), con su sonido lastimero tan característico de la música ritual de los derviches. También se puede ver el manuscrito original de Mathnawi, los poemas del maestro. La siguiente sala, una antigua mezquita, muestra coranes e iluminaciones. Vuelva al patio y verá una reconstrucción de la vida de los adeptos en el edificio que albergaba sus celdas. En el pasillo se exponen objetos que pertenecieron a Mevlana. Y en las antiguas cocinas hay ejemplos de tamaño natural de la vida en común de los derviches.

El interés de Ürgüp no radica en su museo, sino en el encanto de las callejuelas de su casco antiguo, donde podrá disfrutar de un agradable paseo. El Museo Arqueológico cuenta con una pequeña colección de objetos y con fascinantes artefactos históricos (figurillas, cerámicas y algunas estatuas) hallados en la zona. Lo más impresionante son los colmillos de un elefante de hace más de diez millones de años que se descubrieron en Mustafapaşa.

Es difícil no encontrar un museo o un recuerdo de Atatürk en cualquier provincia de Turquía, así que, como no, Kayseri tiene su propio museo dedicado al prócer más famoso de la nación. Durante su visita a la ciudad en agosto de 1919, Atatürk se alojó en una casa señorial otomana del siglo XIX que hoy lleva su nombre. Merece la pena visitarla, aunque solo sea por su arquitectura: se trata de una casa de dos plantas con un entresuelo muy pequeño y decoración típica de estilo otomano. El edificio histórico se encuentra cerca de la plaza.

Imprescindible visitarlo. El museo de la ciudad cuenta con una sección de arqueología y otra de etnografía, así como con una excelente colección de objetos hallados en la ciudad asiria de Acemhöyük, cerca de Aksaray. Hay expuestas unas 10.000 piezas que datan del milenio V a.C. Uno de los puntos fuertes de la visita es la momia de una mujer, una monja de pelo rubio, que se halló en el valle de Ihlara en la década de 1960.

La madrasa data de la época de los karamánidas (siglo XIV), una rama selyúcida. Se utilizó hasta principios del siglo XX. Estuvo cerrada durante un tiempo, luego se convirtió en una cárcel en la década de 1940 y finalmente en un museo en 1969. El museo alberga objetos procedentes de diferentes culturas que dejaron su huella en épocas distintas en las áridas estepas de Anatolia central: Aşıklı Höyük (25 kilómetros al sureste, cerca de Kızılkaya), Musular (cerca del anterior), Güvercinkayası (a 1 kilómetro, cerca de los pueblos Çatalsu y Apsarı Köyü), y Acemhöyük (13 kilómetros al noroeste).

Situado en el parque Mimar Sinan, el complejo consta de dos edificios: un hospital construido en 1206 y una madrasa (escuela de medicina) construida en 1219, una de las primeras del mundo. El complejo se construyó a petición del sultán Keyhüsrev y su hermana Gevser Nesibe Sultan. Actualmente, el complejo se ha convertido en un museo en el que se muestran distintas exposiciones sobre la historia, el arte y la cultura de la civilización selyúcida. Es muy interesante.

El Museo Etnológico muestra las tradiciones de Capadocia mediante escenas de la vida cotidiana, ideales para conocer las costumbres locales. Como el museo es también restaurante y cafetería, podrá disfrutar de una buena comida turca antes o después de visitarlo. Cuenta con salón interior y terraza. Quizá la única pega es que el museo es muy espacioso y suele recibir a grupos enteros, que también van a parar al restaurante.

Este museo se encontraba originalmente en la madrasa del siglo XIII de Hunat Hatun Külliyesi. Desde 1998, su contenido se trasladó a una casa histórica del siglo XV. El edificio en sí es lo que merece la pena visitar, con su fachada de piedra blanca y negra y sus espléndidos techos. Además, podrá ver una colección de cerámica, trajes, armas y objetos cotidianos, así como la reproducción de una casa y una tienda nómada (yurta).

Camii Kilise o Aşağı Camii o Büyük Kilise. La iglesia bizantina de san Gregorio Nacianceno (teólogo y uno de los padres de la Iglesia griega) data del siglo IV. Se convirtió en mezquita tras el cambio de población de la década de 1920. Alberga un magnífico púlpito y un iconostasio de madera cincelada.

Sivişli Kilise. La iglesia de los Santos Anárgiros tiene una cúpula, columnas talladas en la roca y frescos del siglo XIX. Al salir, suba las escaleras de la izquierda para disfrutar de unas preciosas vistas del pueblo.

Los frutos de las excavaciones que se han realizado en la región han ido a parar principalmente al Museo de Ankara, pero algunos de los hallazgos se han trasladado aquí. Estos restos pertenecen principalmente al Neolítico (alrededor del 9000 a.C.), al Calcolítico (alrededor del 4000 a.C.) y a las colonias asirias (finales del milenio III a.C.). También hay una pequeña sección etnográfica y una colección de monedas griegas, romanas, bizantinas, selyúcidas y otomanas.

El Museo de Nevşehir es muy pequeño, pero es gratuito. Hay dos salas de exposiciones: la arqueológica y la etnográfica. En esta última se exponen objetos de distintas épocas, algunos de los cuales se remontan a la Edad del Bronce, y algunos sarcófagos interesantes. En la primera planta hay una colección etnográfica de alfombras y joyas. El museo lleva a cabo excavaciones en el pueblo de Şahin Efendi (cerca de Ürgüp), la antigua Sobesos. El personal es amable, especialmente el director del museo.

El Museo Arqueológico de la ciudad de Kayseri nos recuerda hasta qué punto Anatolia fue cuna de grandes civilizaciones que han brillado en diferentes épocas. Su colección incluye hallazgos de la ciudad hitita de Kanesh (Kültepe), tablillas con inscripciones cuneiformes, así como objetos helenísticos y romanos. En el jardín se alzan dos impresionantes leones del siglo VII a.C. Aunque el museo no es muy grande, resulta bastante interesante.