Los mejores restaurantes de cocina francesa Bahia

Las "barracas de praia" son inseparables de los días y las noches de Porto Seguro. La playa de Jamaica es una de las más famosas. Es una barraca de playa como ninguna otra, fruto del trabajo del especialista en cócteles Smokey Joe Lowe y la chef portuguesa Maria Henriques. El menú incluye cócteles y platos portugueses y jamaicanos. También han cuidado la decoración: hay objetos de arte por todas partes. En cuanto a la música, no hay música axé, pero sí mucho reggae, salsa y merengue.

Un restaurante como nos gusta, donde el tiempo parece haberse detenido. Un pequeño restaurante de madera, acogedor y sencillo. Mesas directamente en la playa de Cueira, casi los pies en el agua. Una playa inmensa y palmeras. ¿Qué más? Simplemente felicidad. El restaurante Guido, situado en el paseo marítimo de la Praia de Cueira, es conocido por sus langostas a la parrilla, preparadas delante de usted sobre un fuego de leña. A veces, los placeres más sencillos son los mejores. Los platos de marisco no se quedan atrás. Una visita obligada

Puede que la Pousada Santa Clara sea una de las mejores direcciones de la isla de Boipeba, pero algunos gastrónomos consideran que el restaurante de la pousada es uno de los mejores, si no el mejor, de la isla. El restaurante Santa Clara ofrece cocina contemporánea elaborada con ingredientes locales cuidadosamente seleccionados. Los menús, ideados por el chef estadounidense Mark, cambian a diario y ofrecen tres opciones de entrante, plato principal y postre. Se recomienda encarecidamente reservar durante el verano.

Amado es un restaurante brasileño contemporáneo con estrella Michelin dirigido por el chef paulista Edinho Engel. La cocina de Amado tiene un marcado sabor francés, pero las influencias son internacionales y variadas. Para empezar, pruebe el tartar de salmón con crema de wasabi y caviar, seguido de una variación de moqueca con cajú y gambas, o calamares rellenos de gambas y muselina de mandioquinha. La magnífica vista sobre la bahía es algo que hay que saborear sin moderación.