Podrá pasear por la ciudad marítima por excelencia: Saint-Malo, ciudad corsaria enclavada en murallas. Punto de partida de prestigiosas regatas, puerto deportivo, estación balnearia, la ciudad combina las ventajas de la costa con la riqueza de su excepcional patrimonio. La ciudad se extiende a lo largo de una sucesión de puntas intercaladas con hermosas playas. La senda costera ofrece magníficos paseos. No dude en pasar unos días en Dinard, magnífica estación balnearia que combina los placeres del paseo marítimo y los deportes náuticos. También puede hacer una parada en Cancale, pequeño puerto pesquero y centro ostrícola situado entre Saint-Malo y Le Mont-Saint-Michel. La gente viene aquí para apreciar la riqueza y diversidad de sus parajes, la finura de sus ostras y la calidad de su gastronomía, con su famoso chef Olivier Roellinger. Por último, deténgase en Rennes para descubrir su arquitectura y sus espacios dedicados al paseo. Pasee por las calles medievales de la ciudad para descubrir las casas con entramado de madera, y después por la Place des Lices, donde se alzan las mansiones de los parlamentarios bretones. En la plaza de la Mairie, el edificio público de estilo barroco y clásico se encuentra frente al teatro de la ciudad. Este destino sólo le aportará felicidad