Qué ver y hacer Ouest

La actividad principal en Kibale. La población total de chimpancés se estima en más de 1200 individuos. Las salidas se realizan dos veces al día, a las 8 y a las 14 horas, y los grupos están limitados a seis personas. Por lo tanto, es importante, especialmente en temporada alta, reservar el permiso con antelación en una agencia o bien en la UWA en Kampala, aunque no es necesaria tanta antelación como para los gorilas. El permiso cuesta 150 $ por persona (incluyendo la entrada al parque). Las posibilidades de ver a los graciosos primates se estiman en un 90%, lo que significa que aunque las probabilidades son altas, el éxito no está garantizado. La excursión de la mañana es la más recomendable, y parece que los chimpancés se hacen de rogar después de las fuertes lluvias, cuando tienden a permanecer en lo alto de los árboles (mientras que a veces es posible verlos en el suelo). En cualquier caso, podrá escuchar su icónico grito mucho antes de verlos. La marcha de aproximación puede durar hasta tres ó cuatro horas, dependiendo de su posición, y normalmente no es demasiado difícil. El tiempo de observación está limitado a una hora, pero los guías son más flexibles que para los gorilas.

Si, desafortunadamente, nuestros primos burlones no están por allí, podrá consolarse viendo colobos, mangabeyes de mejillas grises, monos de cola roja o cercopitecos de L'Hoest. Las aves son difíciles de ver en el espesor del follaje, pero sus cantos son un encanto. Finalmente, los guías pueden informar a los aficionados a la botánica sobre un gran número de plantas. Para los más fanáticos de los primates, es posible hacer lo que se denomina la Chimpanzee Habituation Experience, que consiste en pasar un día completo en compañía de los monos; cuesta 200 $ incluyendo la entrada al parque.

El canal de aproximadamente 35 kilómetros de longitud que une el lago Edward con el lago George ofrece la oportunidad de realizar un trayecto en barco de dos horas, que es sin duda la actividad más popular en el parque. La UWA programa cuatro o cinco salidas diarias (a las 9, 11, 13, 15 y 17 h) desde el muelle ubicado debajo del Mweya Safari Lodge. Los billetes (30 $ por persona) hay que comprarlos en la oficina del parque. Se puede subir al techo del barco para disfrutar al máximo de la panorámica pero, cuidado, el sol aprieta fuerte en el fondo del Valle del Rift. Los más afortunados podrán ver como un leopardo sacia su sed, pero probablemente tenga que conformarse con ver hipopótamos chapoteando, búfalos revolcándose por el suelo, elefantes mojándose, águilas planeando y martines pescadores buceando. ¡Un espectáculo impresionante!

Ya sea en Mweya y en las llanuras de Kasenyi, cerca del lago George, o al sur, en el sector de Ishasha, el parque Queen Elizabeth ofrece excelentes oportunidades para ver los emblemáticos mamíferos de la sabana, con la excepción de los rinocerontes (que han desaparecido) y las jirafas, históricamente ausentes. El circuito a lo largo del canal Kazinga presenta una red de senderos bastante estrechos, caracterizados por una densa vegetación, donde le llevarán para buscar leopardos y donde, con certeza, se cruzará con elefantes. Esta zona se puede explorar en unas dos horas desde Mweya, pero la ruta clásica consiste en cruzar la carretera principal y continuar hacia el lago George hasta las llanuras desnudas, cubiertas de euforbias candelabro, de Kasenyi, donde abundan los leones. También hay grandes rebaños de cobos de Uganda, topis, búfalos y un gran número de aves. Mucho menos frecuentados, los senderos del sector de Ishasha permiten, sin embargo, un encuentro extraordinario con una población de leones arborícolas de unos cuarenta individuos. Esta particularidad felina, que solo se ha observado en el parque del lago Manyara en Tanzania, todavía no ha sido objeto de ningún verdadero estudio científico, pero la hipótesis es que estos leones, al subir a los sicómoros, intentarían escapar de los insectos portadores de enfermedades. Las salidas de los safaris suelen ser al amanecer, pero los leones se quedan en los árboles cuando hace más calor. Además de esta atracción leonina, la zona de Ishasha, con sus acacias y sabanas herbáceas, se adapta a los más aventureros: de hecho, es posible acampar cerca del lago Edward (Edward Flat), en medio de la nada, en una zona de gran riqueza de vida salvaje: ¡es obligatoria la presencia de un guarda del parque de la UWA (calcule 40 $)! La mayoría de los viajeros realizan sus safaris como parte de un tour organizado con un conductor. Si usted tiene su propio vehículo, puede llevar a bordo a un guarda del parque que le ayudará a rastrear animales por 20 $ por vehículo. Pregunte en la oficina del parque en Mweya o en la entrada de Ishasha. Los viajeros que van por libre a Mweya pueden probar suerte en el Mweya Safari Lodge, que organiza safaris.

La observación de aves es bastante difícil en el interior del bosque debido a la densidad de la vegetación, por lo que los aficionados a la ornitología suelen ir unos kilómetros más al sur, a las marismas de Bigodi, un santuario ecoturístico gestionado por la KAFRED. Todos los beneficios de las visitas a este lugar se invierten en la financiación de proyectos comunitarios en la aldea de Bigodi, como la creación de una biblioteca o de una escuela primaria. Las caminatas que proponen (25 $) duran tres horas a través de un sendero de cinco kilómetros, a lo largo del cual se pueden identificar fácilmente unas cuarenta especies de aves, de las casi doscientas que anidan en los pantanos. Este sendero es una visita obligada para conocer la avifauna del este de África. Una de las aves emblemáticas de la zona es el magnífico turaco azul. También se pueden ver la grulla coronada cuellinegra, los cálaos, las ruidosas nubes de loros yaco, el barbudo pintado, el águila coronada, el bubú de los papiros y, con suerte, el papamoscas gris, el indicador picogrueso y el indicador insigne o incluso el francolín de Nahan... por citar solo algunos. Los pantanos son también el hogar de miles de mariposas, muchos monos (de las mismas especies que en el bosque), nutrias, tímidos sitatungas y serpientes (cobra, mamba, víbora, culebra esmeralda).

Para salir a la exploración de este mundo acuático, los excelentes guías le esperan en la oficina de KAFRED en Bigodi. Allí también podrá alquilar botas, que le serán muy útiles para caminar por el barro. No olvide traer un par de binoculares. Los especialistas que buscan especies muy específicas pueden mencionar esto de antemano, ya que algunos guías son más expertos que otros en la búsqueda de especies concretas. Y también les será más útil realizar la caminata por la mañana temprano.

Aquellos que no estén especialmente interesados en los chimpancés pueden realizar caminatas por el bosque para descubrir los diferentes tipos de hábitats a un menor coste. El paseo nocturno merece ser mencionado: es ideal para aprehender a la luz de las antorchas un universo fantasmagórico (murciélagos, gálagos, serpientes, etc.): ¡sensaciones garantizadas! Salida a las 19.30 h desde las oficinas de la UWA (si no llueve); calcule 70 $ por persona (entrada incluida) para aproximadamente dos horas de caminata.

Este bosque es el hogar de muchos chimpancés pero, a diferencia de sus homólogos de la garganta de Kyambura, no están acostumbrados a la presencia del Homo sapiens y no hay nada organizado para observarlos. En cambio, podrá escuchar su característico y emblemático grito. Poco desarrollado para el turismo, el bosque de Maramagambo es, sin embargo, fácilmente accesible por la pista que conduce al Jacana Safari Lodge. Varias especies de monos (en particular el adorable cercopiteco de L'Hoest) y aves (bulbules, suimangas, pájaros carpinteros...), así como algunos pequeños antílopes, sacan provecho del ramaje y el sotobosque. Desde el albergue de los guardas del parque de la UWA parten tres excursiones guiadas (de dos horas a media jornada) para descubrir la biodiversidad del bosque (calcule unos 30 $ por persona). En estas excursiones se camina alrededor de lagos, como el Nyamusingire, y se visita una gruta habitada por murciélagos y cuatro pitones (otra «cueva», no lejos de allí, sirve como guarida de algunas cobras...).

La garganta de Kyambura, que marca el límite oriental del parque, es un cañón de unos cien metros de profundidad, dieciséis kilómetros de largo y un kilómetro de ancho, por cuyo interior discurre el río Kyambura hacia el canal Kazinga. Un descenso con cierto grado de dificultad permite observar una colonia de chimpancés que se ha instalado en los enormes árboles del bosque de ribera. El tiempo de encuentro con los animales está limitado a una hora. Las salidas tienen lugar a las 8 y a las 14 h, pero parece ser que las posibilidades de ver a los primates son mayores por la mañana. Es posible inscribirse en la oficina del parque, pero como el número de plazas es limitado, lo más seguro es reservar con antelación en la sede de la UWA en Kampala. El precio del rastreoes de 50 $ (frente a los 150 $ que cuesta en Kibale). La pista de acceso a la garganta está bien señalizada desde la carretera principal. Además de los chimpancés, aquí también habitan colobos, cercopitecos verdes y babuinos, así como muchas aves (como el abejaruco negro y el martín pescador).

Un polvoriento enclave urbano al norte del lago Edward, el pueblo de Katwe, bordeado por el lago del mismo nombre, continúa la antigua tradición de explotar las reservas de sal que durante varios siglos contribuyeron a la prosperidad del reino de Bunyoro. Entre Katwe y el ecuador hay varios lagos salados creados por la actividad volcánica hace entre 8000 y 10000 años. Entre ellos, el lago Nyamunuka, cuyas aguas verdes albergan a cientos de flamencos rosados en temporada y en cuyas orillas los búfalos vienen a mimarse y curarse (se dice que utilizan el azufre que emana del lago y los minerales de sus fangosas orillas para tratar sus heridas y patologías). Recorrer la pista del cráter durante 27 kilómetros con un sólido 4x4 permite obtener unas vistas inmejorables de esta región específica del Rift Albertino, que recuerda un poco al lago Turkana en Kenia. En Katwe, los habitantes de las aldeas han creado asociaciones cuyo objetivo es ayudar a la gente a descubrir el patrimonio histórico, cultural y natural de la región: visitas a las salinas, observación de aves o excursiones a las islas del lago, algunas de las cuales están habitadas por congoleños que huyeron de la guerra y que viven de la pesca...

¡El bosque pertenece a los que se levantan temprano! De hecho, cualquier cosa que te apetezca hacer, espera entrar en la jungla entre las 6:30 y las 7:30 de la mañana. Es en la estación forestal de Nkombe, situada equidistante de Kichwamba e Ishaka, donde se registrará, pagará su actividad (si viaja de forma independiente), se reunirá con su guía y se le informará de las condiciones de su visita. La observación de aves, los paseos por el bosque y la observación de mariposas, que duran entre tres y cuatro horas, comienzan entre las 7 y las 7.30 am. Estos paseos se realizan generalmente por los diez senderos trazados por la NFA, algunos de los cuales pueden ser muy difíciles (colinas empinadas, barro...). Por lo tanto, no olvides tus zapatos impermeables, tu ropa de abrigo, tu impermeable, tu gorra, tu tentempié y tus dos litros de agua... En los senderos, trazados en medio de los ciruelos emblemáticos de Guinea, las rafias (cuyas fibras se utilizan en la fabricación de esteras locales), los bambúes, los árboles de fuego (cuyas flores se supone que excitan la libido de las damas cuando las tragan...).), Mutragyne rubrostipuletae (apodado árboles de Viagra porque se supone que mejoran el rendimiento sexual de los hombres...) y una miríada de otras plantas (algunas de las cuales se utilizan en la farmacopea tradicional), deberías poder admirar magníficos lepidópteros, primates (colobus, vervet...), serpientes (como la pitón...) y magníficos pájaros! Si te gusta el crapahut y las cascadas, no dudes en caminar los 11 km del sendero de las cascadas para que la cascada Kilyantama se revele a tus ojos. En cuanto al rastreo de chimpancés, las salidas son a las 7:30 am (es necesario llegar 15 minutos antes para la sesión informativa) y a la 1 pm. Esta última opción deleitará a los amantes de las mañanas tardías; sin embargo, como los chimpancés hacen su meridiano durante la tarde, se recomienda hacer sonar el despertador para acercarse a ellos (10 metros máximo). El rastreo es más o menos largo según la ubicación de los cuadrúpedos, sin embargo toma cuatro horas, incluyendo una en su compañía. Los interesados en la habituación de los chimpancés saldrán de las instalaciones de la NFA a las 6:30 am. Deberían poder observar más de cerca una comunidad que ha estado bajo habituación desde 2019 (este proceso toma de 2 a 3 años).

Protegida desde 1926, esta reserva es una de las más antiguas del país. Con una superficie de 542 km², se extiende hasta la orilla sur del lago Albert con unos paisajes formados por bosques de acacias y fértiles sabanas, interrumpidos por islotes de palmeras y pantanos. En un día claro se puede ver el contorno de las cimas de las montañas Rwenzori y de los montes Azules del Congo. Antes de la guerra civil, la reserva era muy rica y contaba con algunos de los leones más grandes de África, y con muchos leopardos. Actualmente, aunque algunos de estos felinos todavía están presentes, tendrá principalmente la oportunidad de ver cobes de Uganda, búfalos y primates. Asi pues, los safaris no son tan espectaculares como en Queen Elizabeth o Murchison Falls, pero a los amantes de la tranquilidad y de la avifauna les gustarán. Además, es el único lugar del país donde se pueden realizar safaris nocturnos, y las aguas del lago Albert ofrecen una de las mejores oportunidades para ver el picozapato. Si no es cliente del Semliki Safari Lodge, pídale a un pescador de Ntoroko que lo lleve a bordo.

Antiguamente conocido como el bosque de Mwamba, este territorio de 220 km² se convirtió en parque nacional en 1993. Situado a una altitud de unos 700 metros, abarca un bosque tropical prácticamente virgen que es una extensión del bosque de Ituri, en el Congo, separado solo por el río Semliki, que sirve de frontera natural entre los dos países. Esto explica por qué el parque alberga especies propias de la cuenca del Congo que no se encuentran en ningún otro lugar de Uganda. A pesar su pequeño tamaño, este parque cuenta con una fauna extraordinariamente diversa: más de 300 especies de mariposas y 441 especies de aves, muchas de ellas endémicas del parque, por lo que es un destino imprescindible para los ornitólogos. Con 53 representantes, la lista de mamíferos es menos impresionante, pero aquí, de nuevo, algunos animales son únicos, como el antílope almizclero enano de agua (o cervatillo de agua). También hay chimpancés, elefantes de bosque, búfalos y sitatungas, mientras que en el río habitan cocodrilos e hipopótamos. El principal atractivo del parque siguen siendo las aguas termales de Sempaya, cuya fuente más espectacular es un géiser que escupe agua a más de 100 °C y hasta dos metros de altura.

Para descubrir el Circuito Central y el Sendero Kilembe en su totalidad, incluida la ascensión al Pico Margherita, necesitará entre siete y ocho días de caminata: perfecto para recuperar la forma mientras disfruta de las maravillas geológicas, florísticas y faunísticas (77 especies de mamíferos, 177 de aves y 78 de mariposas) del Parque Nacional de Rwenzori y sus 996 km2. Para quienes se sientan desanimados por el precio y las difíciles condiciones de avance (barro, desniveles, incluso mal de altura), existen alternativas -menos largas (de unas horas a unos días), menos costosas y menos exigentes físicamente- organizadas desde Nyakalengija y Kilembe por el Rwenzori Mountaineering Services (RMS), el Rwenzori Trekking Services (RTS) y la Uganda Wildlife Authority (UWA). Como alternativa, los más dedicados pueden añadir uno o dos días más para escalar los principales picos de la cordillera; consulte con RTS y RMS para obtener más información. También debe saber que Rwenzori es una de las cordilleras más húmedas del mundo. Llueve unos 350 días al año. Por lo tanto, sólo hay dos periodos realmente adecuados para el senderismo: de mediados de diciembre a finales de enero y, en menor medida, de mediados de junio a mediados de julio. Prácticamente, si tienes suerte, puede hacer buen tiempo por la mañana, un buen chaparrón por la tarde y despejar por la noche.

Subida al Pico Margarita por el Circuito Central (con RMS)

Para llegar a Nyakalengija, desde donde se inicia el trekking RMS, hay que tomar la carretera nacional de Kasese a Fort Portal durante 12 km y luego tomar una pista, no muy lejos de la ciudad de Mubuku, en el lado izquierdo de la carretera. A continuación, hay que recorrer más de diez kilómetros por una carretera que es transitable en todas las estaciones, aunque el agua fluye por todos lados durante la época de lluvias.

Día 1: Nyakalengija (1615m) - Nyabitaba Hut (2650m): 6-7 horas. Salida por la mañana de la oficina de RMS. La primera hora de caminata transcurre por tierras cultivadas antes de llegar a la entrada oficial del parque, donde empezamos a seguir el río Mubuku a través del bosque hasta su afluente, el río Mahoma. Después de vadear el río, se empieza a subir por un sendero empinado a través de los helechos hasta el refugio Nyabitaba en una cresta. Sin duda, le acompañará la llamada de los chimpancés, los colobos, los monos azules y el soberbio touraco de Rwenzori.

Día 2: Refugio de Nyabitaba (2650m) - Refugio de John Matte (3505m): 7-8 horas. Un largo día de caminata. Subimos por la cresta hasta el cruce de dos senderos y luego descendemos por los helechos hasta el río Bujuku, que cruzamos por un puente colgante. A continuación nos adentramos en el bosque de bambú para subir por un camino resbaladizo y rocoso hasta la cabaña abandonada de Nyamuleju, un buen refugio para el almuerzo. A partir de aquí te encuentras en un extraordinario bosque de brezos y aparecen las primeras lobelias gigantes. Desde allí, cuente otras 2 horas hasta John Matte Hut.

Día 3: Refugio John Matte (3 505 m) - Refugio Bujuku (3 960 m): 5 horas. Detrás de la cabaña, entramos en una zona de pantanos de gran altura que cruzamos a veces hasta las rodillas antes de vadear el río Bujuku para evitar el pantano inferior de Bigo por la orilla derecha. A continuación, una subida de 90 minutos por el bosque conduce al pantano superior, que se cruza fácilmente por una pasarela de madera. Tras una larga caminata, llegamos al valle glaciar del lago Bujuku que, en un día claro, ofrece una encantadora panorámica del monte Stanley, el monte Speke y el monte Baker. A continuación, tendrá que cruzar otro pantano para llegar, al final de una agotadora jornada, al refugio Bujuku.

Día 4: Refugio Bujuku (3.960 m) - Refugio Elena (4.540 m): 5-6 horas. Desde Bujuku, empezamos de nuevo en el barro antes de subir empinadamente a través de un bosque de hierbas gigantes y escalar una falla con la ayuda de un pasamanos. A continuación, nos acercamos al paso de Scott Elliot, que cruzamos el quinto día. Desde aquí, los escaladores más aventureros recorren un sendero resbaladizo hasta el refugio Elena, a 4.540 m, por debajo del pico Margherita, el tercero más alto de África (509 m).

Día 5: Refugio Elena (4.540 m) - Pico Margherita (5.109 m) - Refugio Kitandara (4.020 m): 9-12 horas (dependiendo de las condiciones meteorológicas). Salida hacia las 2h30-3h de la mañana para intentar la subida. Se necesitan de 4 a 5 horas de escalada a través de glaciares y rocas resbaladizas para llegar a la cima, siempre que el cuerpo esté bien aclimatado a la altitud y a las condiciones (a veces) extremas (temperaturas negativas, viento, niebla...). Después de la foto de recuerdo, volvemos a bajar al refugio Elena para un almuerzo saludable, y luego descendemos al refugio Kitandara por el paso Scott Elliot (4 372 m) y sus espectaculares vistas.

Día 6: Kitandara Hut (4 020 m) - Guy Yeoman Hut (3 505 m): 6-7 horas. Comenzamos este día con una hora y media de travesía embarrada a través de la llanura del Paso del Campo Fresco (4 282 m), notable por sus extensiones de musgo coloreado. A continuación, un largo, resbaladizo, empinado y esponjoso descenso nos permite emerger en el alto valle de Mubuku. Nos habremos fijado al pasar en el refugio rocoso de Bujongolo, que sirvió de campamento base para la expedición del duque de los Abruzos en 1906.

Día 7: Guy Yeoman Hut (3 505 m) - Nyakalengija (1 615 m): 8 horas. Esta doble etapa le permite mantenerse dentro del recorrido de 7 días/6 noches previsto por la RMS si ha subido una cumbre. Por debajo de Guy Yeoman, el sendero desciende en picado siguiendo las paredes del Kichuchu a través de un bosque de brezos. A continuación hay que cruzar el río Mubuku, una vez vadeándolo y otra por un puente colgante, para llegar a Nyabitaba, la cabaña del primer día. Desde allí, se puede optar por pasar la noche o atacar directamente las 3 horas adicionales de descenso hasta Nyakalengija.

Subida al Pico Margarita por el sendero Kilembe (con RTS)

La caminata hasta el Pico Margarita dura entre 7 y 8 días. Aunque se puede hacer en 7 días, RTS recomienda a sus clientes hacer el recorrido en 8 días (ver más abajo) para facilitar la aclimatación a la altitud. Las tarifas y el itinerario son los mismos tanto si se opta por 7 como por 8 días.

Día 1: Kilembe (1 450 m) - Sine Hut (2 600 m) : 7 horas. Ascenso regular a través del bosque donde las aves, pletóricos, y los primates (colobos, samangos ...), ya sea visto, manchado o escuchado, debe estar en la cita. Una vez en el refugio de Sine, no se pierda la cascada de Enock, situada en un entorno verde muy fotogénico.

Día 2: Refugio Sine (2600m) - Refugio Mutinda (3590m) : 6-7 horas. Después de la salida, alrededor de las 8:30 am, espera una bonita y empinada subida, a veces bastante fangosa, a través del bambú (entre otras plantas...). A continuación, seguirá una cresta, bajará y luego subirá por un sendero en el que los musgos, los líquenes, los ríos, los brezos de los árboles y la niebla contribuyen a la atmósfera de hadas del lugar. Desde el refugio Mutinda, se puede subir al mirador Mutinda (3.975 m) para disfrutar de unas vistas espectaculares de Kasese, el lago George y los picos circundantes.

Día 3: Refugio Mutinda (3 590 m) - Refugio Bugata (4 060 m) : 6 horas. Día agotador en el barro y en las empinadas laderas que conducen al valle de Namusangi. Saltar de mata en mata, admirar las cascadas y extasiarse ante las lobelias gigantes estarán a la orden del día.

Día 4: Refugio de Bugata (4060m) - Refugio de Hunwick (3970m) : 7-8 horas. Durante esta etapa, enlazará, a través del paso de Bamwanjara (4 450 m), los campamentos de Bugata y Hunwick (este último lleva el nombre de John Hunwick, director australiano de RTS). A lo largo del camino, podrá ver la drosera malaquita con su hermosa librea dándose un festín con las flores de lobelia. La hierba de trapo gigante también alegrará su viaje.

Día 5: Refugio de Hunwick (3.970 m) - Refugio de Margherita (4.485 m) : 5-6 horas. Este tramo de la caminata es un sendero común con el Circuito Central y el Sendero Kilembe. Caminará a lo largo del hermoso lago Kitandara, situado en un entorno encantador, antes de iniciar el ascenso al paso Scott Elliot (4 372 m) y llegar al refugio Margherita, conocido por sus noches frías y por estar situado en el mismo lugar donde el duque de los Abruzos, Luigi di Savoia, vivaqueó durante su expedición, en 1906.

Día 6: Refugio Margherita (4.485 m) - Pico Margherita (5.109 m) - Refugio Hunwick (3.970 m) : 9-13 horas (dependiendo de las condiciones meteorológicas). El programa del día es similar al de RMS (véase más arriba), excepto por las cabañas, que son diferentes. La salida, varias horas antes del amanecer, está programada para evitar, en la medida de lo posible, las nubes que se acumulan en el punto más alto del parque, y que generalmente anuncian tormentas de nieve, desde media mañana. Los glaciares del Rwenzori, debido al deshielo provocado por el calentamiento global, requieren cada vez más habilidades técnicas. Aquellos que no estén preparados para afrontar el tramo de 200 metros con un ángulo de 60° en el glaciar Margherita podrán replegarse en una eminencia rocosa que ofrece una magnífica panorámica sobre la República Democrática del Congo y las crestas del macizo. Este es el día más largo de su viaje.

Día 7 : Refugio de Hunwick (3 970 m) - Refugio de Kiharo (3 430 m) : 4-6 horas. Los once kilómetros que separan los dos refugios le llevarán al paso de Olivier, a una altitud de casi 4.500 metros. Tras los tres kilómetros iniciales de ascenso, se pasa por debajo del pico Weissmann (4.620 m) -que puede ser abordado por los excursionistas que aún no lo conocen por un suplemento de 20 dólares- y se llega al Nyamwamba, un río caprichoso que fluye sobre Kasese, antes de descender al refugio Kiharo a través de morrenas y turberas.

Día 8: Kiharo Hut (3 430 m) - Kilembe (1 450 m) : 5-8 horas. Al igual que en el primer día de su caminata, volverá a atravesar el denso bosque que adorna los profundos valles y enmarca los torrentes por los que se precipitan las tumultuosas aguas del Rwenzori. El sendero es magnífico y le llevará a través de arroyos, alrededor de cascadas y sobre rocas musgosas. Para que conste, el equipo de RTS tardó seis años en encontrar un camino a través de este laberinto escarpado, acuático y con vegetación. El bosque rebosa de vida y los visitantes pueden ver o adivinar la presencia deduiqueros, damiselas y monos. La salida del parque está a 12 km de Kiharo Hut y el Rwenzori Trekkers Hostel de Kilembe está a 15 km.

¿Qué podría ser mejor que 42,5°C de agua para relajarse después de una loca equipada en las laderas del Rwenzori? Eureka, Kasese, por su posición en el Valle del Rift, tiene lo que necesitas! Abierta al público en 2013, esta fuente termal está situada entre la carretera que conduce a Kilembe y el impetuoso río Nyamwamba, que no duda en abandonar su lecho y provocar el caos. En el lugar, encontrarás vestuarios rústicos, columpios y un pequeño jardín, donde a veces actúan artistas locales, rodeando el manantial, que ha sido diseñado para las necesidades de los balnearios tanto experimentados como novatos (queridos amigos del bazungu, esperen ver su piel volverse carmesí). Las virtudes terapéuticas de las aguas termales se pueden conseguir bebiendo una bebida fresca en una hamaca o bien cayendo en el suelo arenoso que bordea el mencionado curso de agua. Además de una cancha de voleibol y un estanque de peces, también hay un museo liliputiense dedicado a la cultura konzo. Para remar, escuchar música tradicional (combinando flauta, xilófono y tambores) y probar los platos locales (como el pan amasado con harina de mandioca), tome la dirección de este manantial situado a dos kilómetros al noroeste del centro de la ciudad. Una bienvenida muy amistosa. NB: las últimas inundaciones del Nyamwamba (mayo de 2020) causaron estragos en el sitio y obligaron a los administradores a realizar importantes trabajos de rehabilitación. ¡Esperemos que la situación vuelva a la normalidad para cuando se publique esta guía!

La parte norte del macizo de Rwenzori también ofrece la posibilidad de hacer senderismo. Dentro o en los límites del parque, los senderos de excursión, que son más cortos (de 1 a 3 días) y menos difíciles (aunque se requiere una buena condición física) que los organizados en el corazón de la cordillera, no carecen de atracciones. El itinerario más notorio es el que une Kazingo (13 km al oeste del Fuerte Portal) con Bundibugyo, al pie de la ladera occidental de la montaña. Esta travesía de 1 o 2 días (dependiendo de si se sube o no al Pico Karangura) permite descubrir la fauna, la flora y la cultura local. En un día claro, las perspectivas sobre el Congo, Fort Portal y la Falla Albertine son espectaculares. Por supuesto, es posible escalar el Pico Karangura (3.012 m) en un solo día (7 u 8 horas de caminata) haciendo un viaje de ida y vuelta desde la localidad de Kazingo. En esta zona también se ofrecen itinerarios y excursiones de tres días que permiten dormir en casas locales y descubrir el modo de vida de los bakonzos (Camino de la Frontera del Parque Nacional Rwenzori) o escalar el Pico Karangura a través de la Dorsal Chogho (Camino del Pico Karangura y de la Dorsal Septentrional). Por último, en el extremo norte de Rwenzori, el sendero Karugutu-Ntandi permite a los excursionistas llegar a las aldeas homónimas de la carretera nacional Fort Portal-Bundibugyo en 6-7 horas. El sendero está disponible a través de UWA, Kabarole Tours o la Asociación de Montañismo de Abanya-Rwenzori (www.abanya-rwenzori-mountaineering.org).

Si tienes poco tiempo, si tu cartera no está bien surtida, si las odiseas de larga distancia no son tu taza de té o si simplemente quieres caminar fuera de los caminos trillados, ¡no te preocupes! De hecho, además del Circuito Central y el Sendero de Kilembe, Nyakalengija, Kilembe y los valles adyacentes son puntos de partida para caminatas ligeramente olvidadas. Así, la UWA ofrece excursiones para descubrir cascadas (como la de Sebwe) y para sacar a los chimpancés (en Kinyampanika). La Asociación de excursionistas de la cordillera de Rwenzori (www.rwenzorihikers.com), una organización comunitaria muy profesional con sede en el mismo complejo que el RMS en Kasese, es la mejor manera de descubrir los senderos de Bukurungu y Mahoma. El primero, que tarda 5 días y permite extensiones de uno o dos días, comienza en Omukorukumi (5 km al norte de Ibanda), y termina en Nyakalengija. Muy poco frecuentada, permite una conexión íntima con la naturaleza, grandiosa. Durante el recorrido, podrá admirar el emblemático paisaje del macizo. El segundo, que culmina en el lago Mahoma, consiste en un bucle de 3 días desde Nyakalengija. Además de los camaleones y primates, con mucha suerte podrías sorprender a un elefante. Finalmente, los botánicos inveterados pueden tomar el sendero del río Munyamubuli en Kilembe con RTS (7-8 horas de caminata) para descubrir el bosque Afromontano.

Fácilmente accesibles desde Fort Portal, las cuevas de Amabere seguramente decepcionarán a los amantes de las espeleotemas monumentales y a los espeleólogos aficionados a las aletas de gato ... De hecho, allí sólo encontrará cavidades muy modestas. La principal son las concreciones de piedra caliza (estalactitas, estalagmitas, columnas...) que atraen a los estudiantes de geología que quieren mejorar sus conocimientos. Además de sus aspectos físicos, las cuevas están llenas de leyendas. Utilizados como refugios en las rocas por los nativos que vinieron a comer allí de 1847 a 1900, deben su fama a Nyinamwiru. Nyinamwiru era, según la tradición oral, la hija de un rey local, Bukuku. Indispuesto por las propuestas de matrimonio bajo las cuales su zarcillo se desmoronaba, Bukuku cortó los pechos de Nyinamwiru(amabere significa "pecho" en la lengua vernácula) y le cortó la cara para disuadir a los hombres más asiduos. Como la cara fea no tenía el efecto deseado, el rey decidió esconder a Nyinamwiru de los ojos de los hombres, escondiéndola en una de las cuevas de la zona. Sin embargo, el pobre padre no logró su objetivo, ya que un astuto pretendiente logró penetrar el bálsamo a pesar del vigilante cerbero colocado a su entrada... Así que lo que iba a pasar, pasó: Nyinamwiru se quedó embarazada y dio a luz a un bebé sin el conocimiento de Bukuku. Incapaz de amamantar a su bebé, tras la extirpación de sus apas, Nyinamwiru habría recurrido a estalactitas mameliformes que segregan una leche calcárea para sostener a su bebé. Este último, para terminar (o casi) la historia, se llamaba Ndahura y fundó la dinastía Cwezi. Las cuevas de Amabere, que descubrirá durante una visita guiada, están situadas en una depresión de tierra verde en la que caen las aguas de la cascada de Amabere (7 m de altura). El precio de la visita es un poco excesivo. Por lo tanto, es mejor combinar esta actividad con la caminata al Lago Saka (3h30 para descubrir la cascada, las cuevas y los tres lagos del cráter). Este paseo está ideado por los propietarios del lugar que disponen, además, de un delicioso camping y dos agradables bandas debidamente equipadas (cocina, lavadora, wifi, habitaciones con sus propias instalaciones sanitarias...). El sitio se encuentra a 8 km del Fuerte Portal. Para llegar allí, siga la RN que lleva a Bundibugyo durante 6 km antes de desviarse por una pista que va a la derecha de la carretera (acceso bien marcado).

Justo cuando está a punto de terminar su curso en el lago George, la Mpanga está situada en un desfiladero cuya cascada de 50 metros de altura es el punto más alto. La vegetación ribereña también es digna de interés ya que cycas gigantes(Encephalartos whitelockii) salpican las laderas del cañón. Aunque morfológicamente son similares a los helechos y las palmeras, las cycas gigantes de Uganda son reliquias de un orden de plantas coníferas que aparecieron hace más de 300 millones de años y sufrieron una fase de importante expansión geográfica desde hace -250 millones de años. Las cycas gigantes de Uganda, cuyos conos femeninos se asemejan a las piñas, son por lo tanto un "fósil viviente", endémico y, como sus congéneres, en peligro crítico. Paradójicamente, fue necesaria la construcción de una central hidroeléctrica, que a finales del decenio de 2000 provocó la tala de muchas cycas, para que se tomaran medidas de protección y conservación (así como la construcción de un vivero). Si el activismo de los ecologistas ha dado sus frutos en el caso de las cycas, por el momento es menos concluyente en lo que respecta a las instalaciones hidráulicas y las múltiples contaminaciones que afectan al caudal y la calidad de las aguas de la Mpanga. La construcción de una presa, necesaria para el funcionamiento de la Central Hidroeléctrica de Mpanga, ha tenido -y sigue teniendo- un impacto en el volumen de agua que cae en las Cataratas de Mpanga. A pesar de esta distorsión, el sitio sigue siendo pintoresco. Así, un puñado de bahías de desviación río arriba de la cascada principal es propicio para una natación vigorosa (sin embargo, antes de bajar al lecho de Mpanga, averigüe las condiciones hidrológicas y sanitarias del río). Además, recientemente se ha creado un sendero (The Cycad Trail) para ayudar a los visitantes a descubrir las cícadas y su entorno. Reservado, por el momento, para los más aventureros, podría ser el preludio del desarrollo turístico de la zona, previsto por las autoridades ugandesas. Mientras tanto, aunque el acceso es mejor hoy que en 1891, cuando Federico Lugard -representante de la Compañía Imperial Británica de África Oriental- cruzó el desfiladero con hombres, sal y marfil, tendrá que tomar la carretera nacional Fort Portal-Mbarara hasta las afueras de la aldea de Rwenjaza (3 km al sur de Kamwenge) antes de desviarse a una pista (y luego a otras....) durante unos 20 km para llegar, a través de la localidad de Rwengo o Mpanga, al desfile.

Julia Loyd, una destacada experta en chimpancés, se trasladó a esta región hace muchos años para dedicar su vida a la observación de primates. También fundó el primer pueblo dedicado a la observación de aves y mariposas. Estamos aquí a pocos metros del límite del parque. Aquí se forman los mejores guías locales para una experiencia de inmersión excepcional. La aldea ofrece dos cabañas rústicas enclavadas a 10 m sobre el bosque. Para los aventureros, pero una emoción garantizada para una noche en el dosel cerca de la naturaleza.