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El mercado de Malatapay es un gran mercado, incluido un mercado agrícola, que se celebra todos los miércoles. Está cerca del embarcadero de la isla de Apo. Gallos y carabaos posan para los posibles compradores, y a veces incluso hay subastas. La artesanía, muy popular en Dauin, es obviamente la reina aquí: abundan los bolsos y esteras de ratán, así como todo tipo de productos frescos, frutas o verduras imaginables. Perfecto para conocer la vida local y, por qué no, probar nuevos sabores.

Antes de pasar de la isla Pacijan a la isla Poro, ¿por qué no detenerse un momento en la bulliciosa ciudad de San Francisco? Aquí los turistas se pueden contar con los dedos de una mano, así que es ideal para observar, charlar y tomarse su tiempo. A lo largo del muelle, una enorme nave alberga el mercado diario: fruta, verdura, especias, pescado y carne, se puede encontrar de todo. Merece la pena pasarse a la hora del almuerzo, cuando numerosos puestos de comida callejera rodean el mercado.

El santuario de Mactán se encuentra donde tuvo lugar la Batalla de Mactán en 1521. Este parque y su estatua conmemoran la victoria del jefe Lapu-Lapu sobre el explorador español Magallanes y sus hombres el 27 de abril de 1521. Fue durante esta batalla cuando Magallanes resultó herido de muerte. Es el lugar de uno de los acontecimientos clave de la historia de Filipinas, cuando Magallanes se retiró por primera vez. Aún hoy, los filipinos consideran a Lapu-Lapu su primer héroe, ya que fue el primer líder que resistió a los invasores españoles.

En el municipio de Maribojoc, a 14 kilómetros de la capital, se alza la atalaya de Punta Cruz, que domina los mares de Cebú, Siquijor y Mindanao. Se terminó de construir en 1796. Durante la época colonial española, se utilizaba para vigilar los mares y advertir de la presencia de piratas. Cuenta la leyenda que cuando los piratas moros intentan acercarse, una potente luz emana de la cruz junto a la torre para deslumbrarlos.

El fuerte más antiguo del país es también el más pequeño, con muros de no más de 6 m de altura y 2,50 m de grosor. Cercano al puerto, fue construido en 1565 por Miguel López de Legazpi en respuesta a los ataques moros y las revueltas indígenas. Se convirtió en colegio bajo el régimen norteamericano, en una época en que los cebuanos recibían una educación clásica. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue utilizado como fortificación por los soldados japoneses. El fuerte conserva intactos sus cañones ^{del siglo XVI} . Ideal para un momento de relax durante una visita al centro.