Restaurantes cocina del mundo Archipiélago Bts Zanzibar

Para salir un poco de las especialidades zanzbaríes, este restaurante etíope supone un auténtico cambio de escenario. Decoración exótica con camareros vestidos de forma tradicional y platos típicos —algo caros pero muy copiosos—. Buenos smoothies originales y platos vegetarianos que se sirven en las grandes bandejas tradicionales con crêpe etíope, la injera, para comer con los dedos. El servicio es un poco lento, pero tómese su tiempo, sobre todo en la terraza, donde el ambiente es agradable por la noche, con las luces tamizadas.

Esta pequeña dirección chic está enclavada en el patio de la nueva Boutique Sharazad Wonders, un hotel de lujo con una mesa igualmente refinada. Un patio con un bonito mobiliario mantiene fresca la comida para el almuerzo y la cena. Los platos a la carta se elaboran con ingredientes locales y de temporada, todo ello a bajo precio. El menú diario ofrece variaciones según el estado de ánimo del chef. El menú es muy verde, con platos ligeros y urbanos que son un cambio bienvenido de las especialidades swahilis.

El restaurante del nuevo Neela Boutique Hotel es todo un descubrimiento culinario. Los ingredientes locales se mezclan con influencias exóticas para crear platos de fusión al aire libre con un toque vegetal. Como el pweza please, pulpo con garbanzos estofados, judías blancas, alioli de limón y col china. También en la carta: pequeñas tapas gourmet para compartir y estupendas ensaladas. Restaurante en el sombreado patio y lounge bar en la azotea con vistas a la ciudad.

Es el restaurante gourmet del prestigioso hotel Park Hyatt. Mientras que las habitaciones están reservadas a unos pocos ricos, su elegante restaurante es un lugar estupendo para salir a cenar y contemplar los dhows al ponerse el sol. El entorno es fantástico, en la terraza frente al mar, con manteles blancos y una bonita vajilla. La cocina de fusión a la carta es de primera, con bogavante rey y pulpo deliciosamente preparado: los platos son espectaculares. El interior del restaurante es igual de magnífico.

No te lo puedes perder: cada día se repite el inmutable mercado nocturno de Forodhani. A los habitantes de Stone Town les encanta reunirse con sus familias en torno a los puestos y en el jardín para comer al paso un plato popular. Hay puestos que venden shawarmas (carne grasa), samossas y platos swahilis que se pueden probar, así como "crepes" (bricks hechos por encargo). Pero le desaconsejamos encarecidamente los kebabs de marisco, ya que le garantizan una intoxicación. Siga a los lugareños para encontrar los puestos adecuados.

Ya conocíamos Badolina, el hotel y restaurante de cocina levantina escondido entre la vegetación, pero aquí está la versión asiática de Badolina, ¡justo en la playa de Nungwi! Para descubrirlo, busca un bosque de farolillos de colores iluminando el techo. En la carta: fideos chinos, sushi fresco preparado con el rigor que exige el pescado crudo, tataki... Los platos están salpicados de vegetación, la decoración es tan cuidada como los platos, y es un cambio agradable con respecto a las especialidades swahilis.

Este es el nuevo restaurante que hay que probar en Nungwi: un precioso jardín que permanece fresco y sombreado a la hora de comer, con mesas iluminadas por velas por la noche, y un ambiente estupendo. El menú ofrece algunas creaciones exquisitas, como el tartar de atún con remolacha e hibisco como entrante, y los langostinos con bisque y pan tierno como plato principal... También apreciamos la carta de cócteles, igualmente inspirada, como el Prophecy, con ginebra de remolacha y vainilla, tónica y lima. Hay que reservar con antelación, sobre todo por las noches, ya que el local está muy concurrido.

Este lodge de ensueño cuenta con un excelente restaurante abierto a los no huéspedes, que sirve buena cocina basada en ingredientes locales, con especial atención a las verduras. Las gambas, la langosta, el pescado a la plancha o el pescado en salsa se acompañan siempre de una colorida ensalada o de crujientes verduras. Los sabores son excepcionales. Nos gusta la atención prestada a las guarniciones, la disposición de los platos, la decoración, en la que no se ha pasado por alto ningún detalle, así como los hermosos cócteles.

El elegante Sevi Boutique Hotel es una dirección para unos pocos privilegiados. Sin embargo, su restaurante está abierto a todos, y es un lugar excelente para cenar en Matemwe. Nos encanta el servicio y la tenue iluminación de la terraza cubierta, situada en un promontorio con vistas al mar. Para empezar, la sopa de gambas y hierba limón (que crece en la isla) estaba deliciosa, al igual que el tataki de atún con gratén de patata o el pollo con jengibre y tomate. Se agradecen los vinos sudafricanos bien elegidos, la música jazz de fondo y los aperitivos.

El jardín tropical del Aluna Beach Lodge y su restaurante son algunos de los escenarios de descanso que uno quiere disfrutar para comer o cenar, frente a la hermosa piscina. Nos gusta la constancia de esta dirección, donde siempre somos bien recibidos, la sofisticada preparación, los sabores fieles a nuestras expectativas. El menú es creativo y tentador. Su plato estrella: un atún recién cocinado en un crujiente de sésamo y especias de Zanzíbar, servido con una mousse de boniato y verduras a la parrilla. También se trabaja con especialidades suajili.

Michamvi ya tenía su restaurante The Rock encaramado a una roca de coral en el mar, Matemwe ha hecho lo mismo. Inaugurado en 2019, este restaurante abraza la playa de Matemwe gracias a su promontorio natural: una roca en Kigomani donde ha hecho su nido. La vista es espléndida, se extiende hasta Mnemba a un lado y Kiwengwa al otro, con decenas de pequeñas embarcaciones amarradas en Kigomani en perspectiva. En el menú, abundantes entrantes y platos principales, con mayor o menor éxito. El tartar de atún con pimienta estaba bueno, el kefta de carne un poco seco, pero original y aromatizado con especias.

Este restaurante, situado en Mbuyuni, un pueblo muy tranquilo entre Pajé y Jambiani, sirve más de 40 pizzas, crujientes y sabrosas, con fama de ser las mejores de la zona. Los platos caseros de pasta con marisco también son una buena opción, ya que las especialidades italianas no están mal vistas aquí. Y si prefieres probar un plato swahili, los platos son igual de sabrosos, especialmente el pulpo al curry con coco. Nos encanta el ambiente romántico a la luz de las velas por la noche, y su ubicación directamente en la playa.

En su cubierta bellamente decorada frente al mar, el Delight Zanzibar es un barco blanco en el que apetece quedarse. Más que una excepcional cafetería que sirve dulces espressos y tentadores postres, ensaladas y saludables wraps, es también un excelente restaurante-pizzería. Se puede disfrutar desde el desayuno hasta la cena, en los columpios o en los acogedores bancos. Las pizzas son las mejores de Pajé, y los platos, en los que se percibe el saber hacer italiano, con ingredientes locales, están de muerte.

Platos vegetarianos exclusivamente. Cocina india de calidad, superior al marco en el que se come, aunque desde hace algunos años deja mucho que desear. El lugar es frecuentado por locales y por turistas que regresan regularmente a la isla. Excelentes yogures caseros. Es una lástima que el lugar haya perdido algo de su sabor.

Este pequeño café, que solía existir cerca del puerto pesquero en la playa central, se encuentra ahora en una bonita casa frente al mar. Atractiva terraza exterior frente a la playa con baldosas de mosaico de hormigón y mobiliario sencillo. En la carta, las mismas especialidades de antes a precios razonables. Nos encanta la ensalada de aguacate, los langostinos servidos generosamente, los sabrosos platos swahili, el pez rey con salsa de mango... Una dirección estupenda desde el desayuno hasta la cena.

Este café-restaurante del Hotel Z está situado en la primera planta de una estructura cubierta en la playa. ¡Qué vista! Las tumbonas bajo los cocoteros completan este entorno paradisíaco. Los cócteles de frutas tropicales de autor, bien equilibrados y refrigerados, y los zumos de frutas se sirven desde el mediodía hasta la noche, incluso junto a la piscina del hotel. Sorprendentemente, las ensaladas, las hamburguesas y los platos gourmet son económicos, abundantes y elegantemente condimentados, como este tataki de atún con una pequeña ensalada y lima.

Un nuevo restaurante de Paje que merece la pena visitar para comer o cenar. En primera línea de playa, Oxygen cuenta con una terraza en el piso superior frente al mar. El menú a la carta ofrece platos muy bien preparados. El tartar de atún con compota de aguacate, el filete de pescado incrustado con anacardos, el sushi cubierto de mango, aguacate y finas hierbas están de muerte, al igual que el bogavante, preparado con mucho sabor. También es un lugar festivo, ideal para tomar una copa.

En este restaurante familiar local, Kim está en el comedor, su madre en la cocina, y la comida y el servicio son aún más auténticos. El verdadero sabor swahili cocinado en ollas según recetas familiares se sirve a los clientes, muchos de los cuales son habituales. Las creaciones de la mamá, como el atún con costra de coco y su clásica receta de pulpo con curry de la isla, son divinas. Los grandes pescados estofados con lima están perfectamente cocinados. El ambiente es musical y relajado, y la acogida muy cálida.

Este pequeño restaurante local está situado no lejos del Meli, junto a una pequeña escuela de kitesurf, y también tiene una pequeña tienda con precios muy razonables. En unas rústicas mesas de madera colocadas sobre la arena, se puede disfrutar de un buen plato de auténtica cocina swahili a precios realmente asequibles. Los entrantes incluyen samosas y kachori (bolas de patata picantes). De plato principal, nos gustó la sopa de pescado con plátanos verdes en salsa de coco, y los platos con arroz, pilau o biriyani. No se sirve alcohol.

En la playa, frente al Hotel Boutique Sharazad, ha abierto un nuevo y pequeño restaurante vietnamita con los pies en la arena. Un cambio de aires dentro de un cambio de aires. Aquí, la fina cocina vietnamita de Kim - digerible, ligera y generosa en verduras y sabores - se combina con el paisaje de postal de la playa de Jambiani. Fideos de cristal, rollitos de primavera, sopa pho, bo bun...: la cocina es una mezcla de ingredientes locales y sabores vietnamitas. Una auténtica delicia.

El hotel Hilton Double Tree ha abierto un restaurante sofisticado y ultramoderno en su terraza, en el rooftop almenado de un edificio un poco retirado del mar. El servicio es impecable y los platos están a la altura del precio que se pide, sobre todo las especialidades suajilis (el curry de pulpo es delicioso) o los platos de gastronomía más fina, como la sopa de cangrejo y coco o el plato de marisco (con langosta, cigala de mar…). Muy fresco y preparación sutil; se agradece una cesta de panes artesanales para acompañar los platos. Los postres son igualmente apetecibles, bien presentados. Uno ya se espera una cuenta un poco elevada, sin embargo el vaso de vino (sudafricano como en todas partes) es prohibitivo: ¡12.000 chelines! Es una lástima porque es un buen restaurante y sirven a cualquier hora del día. 

Este nuevo hotel ecológico y restaurante tiene vistas a la playa de Mtende. El restaurante está enclavado en el promontorio rocoso, el hotel un poco más atrás, alineando su puñado de bungalows frente al mar. Son realmente bonitos, con sus techos de makuti y su mobiliario local de bella factura. Un ventanal separa la terraza de la habitación, decorada con elegancia. David, el propietario francés, le dará una cálida bienvenida. El restaurante, con sus magníficas vistas, ofrece un puñado de platos, como el tartar de atún con pesto de aceitunas.

Moto Moto es el restaurante del nuevo hotel Zula, en el centro de Pajé. Un marco encantador y moderno frente a la playa, con los pies en la arena y una terraza de madera, con acogedoras banquetas coloreadas con bonitos cojines de cera. Arriba, la piscina de plexiglás del hotel añade un toque de fantasía al entorno. La música de fondo, bien elegida, invita a disfrutar de un zumo fresco, un cóctel o una copa de vino. En cuanto a la comida, se sirve cocina local elaborada con ingredientes frescos y naturales, incluidas opciones vegetarianas y especialidades de marisco.

Si hay una dirección que recordar por sus platos en Uroa, es ésta. Este restaurante de inspiración italiana cuida en primer lugar su ambientación: una sala de piedra coralina con entradas abovedadas es un bello espectáculo con las románticas luces encendidas por la noche. La playa está a un tiro de piedra y la terraza ofrece un maravilloso paisaje para tomar un cóctel. El restaurante sirve buenas hamburguesas, pero su verdadera especialidad es el asequible menú de langosta y chicharros a la parrilla, así como un sofisticado carpaccio de pulpo con fruta de la pasión.

El restaurante del hotel Tembo, una histórica casa colonial en el corazón de Stone Town, tiene literalmente los pies en la arena. Lo malo es que sirve platos y ensaladas swahilis e indios, que no son necesariamente excelentes. La única pega es que se pueden conseguir buenos bocadillos para llevar antes de una excursión en barco, que son deliciosos y sustanciosos, y cocos frescos para beber de la nevera. El servicio es muy lento, pero puede tomarse su tiempo bajo los cocoteros para ver el entretenimiento local. Por un suplemento, se pueden utilizar las piscinas del hotel.

Es un valor seguro, un clásico en Nungwi! Hay que decir que este bonito restaurante sobre pilotes, con su simpática decoración zanzibarita y su mobiliario anticuado, y la terraza permiten disfrutar del batir de las olas y de la puesta de sol en un ambiente romántico. El servicio es aún más "longui longui" que en otros lugares, pero las raciones son generosas y los platos sabrosos, especialmente los demoníacos platos de pescado y marisco con curry de coco, y el gran pescado estofado con pimienta. Se hace un verdadero esfuerzo en el sabor de la comida.

El restaurante Badolina, un nuevo restaurante en Nungwi, está situado en el jardín del alojamiento del mismo nombre. Destaca por su originalidad, sus sabores de Oriente Medio y su entorno de raíces chic, bajo una amplia cabaña de makuti, iluminada por faroles y decorada con mesas y bancos. Quieres compartir todo, desde los entrantes hasta los platos. Como la yalla yalla, un rollo de falafel (con tahini, lima y perejil), el ceviche de atún marinado en lima, con jengibre, mango y cilantro, ensaladas espumosas e inspiradores platos mediterráneos.

Este discreto restaurante japonés, situado en la primera planta de la oficina de correos de Stone Town, es una excelente dirección para los amantes del pescado crudo. El sushi, la gran especialidad del establecimiento, es generoso, hecho con pescado ultrafresco, y se puede pedir una mesa entera en la bonita terraza exterior, que permite ver la calle sin ser visto y disfrutar de una relajante calma. Se sirven generosamente otras especialidades de influencia japonesa, como un delicioso pulpo en plato de hierro fundido, gyozas, fideos... Precios razonables.

El nuevo hotel boutique Upendo alberga un original y sofisticado restaurante en la azotea que mezcla sabores y cocinas swahili, india y de fusión. Entre un crujiente atún chamuscado con papaya verde y anacardos, dorada con arroz al azafrán, dátiles escalfados con oporto y almendras, y una plétora de pequeños platos veganos o carnes delicadas, es difícil decidirse. El bar de cócteles es igualmente atractivo, especialmente los jueves por la noche con música de saxofón en directo. Brunch todos los fines de semana para disfrutar de las vistas y de la piscina. Wifi.

El café-restaurante del Hotel Zenji es una muy buena parada junto a la rotonda del puerto de Malindi. El bullicioso puerto es un emocionante escenario para la contemplación desde la terraza. Puedes comer sándwiches, pizzas y ensaladas a precios bajos, en un entorno realmente agradable, ya que la cafetería es también una tienda con algunos artículos muy bonitos a la venta. También es un buen lugar para desayunar. Nos gusta tomar un espresso recién tostado, un arábica directamente del Kilimanjaro, o un robusta o un liberica cultivados en Zanzíbar. Wifi eficiente.

El restaurante de la azotea del hotel del mismo nombre tiene una vista de 360° de la ciudad y del paseo marítimo para apreciar su grandeza. La piscina es refrescante. La comida es excelente, aunque las opciones son demasiado numerosas (suajili, china, italiana, europea, india...). Los platos indios son los más auténticos porque es la especialidad de la casa, especialmente los currys. También puede optar por un refinado cóctel antes de la cena al atardecer, ya que hay un bar dedicado a ello.

Situado en el pueblo de Nungwi, en la plaza central, este pequeño café atrae a lugareños y turistas por igual, y se le ha dado un nuevo aspecto muy agradable. Desde su terraza se puede contemplar el bullicio del pueblo a todas horas. La gente viene aquí a tomar un refrescante batido de frutas tropicales seguido de un buen desayuno. El menú ofrece hamburguesas, wraps, platos de curry y carnes a la parrilla, todos ellos abundantes, a precios razonables y deliciosos. También se puede pedir comida para llevar para un picnic en la playa o una excursión en barco.

Este restaurante local no está en la playa sino en el pueblo, pero su gran cabaña sigue siendo un lugar agradable para comer o cenar. Aquí podrá probar auténticos platos suahilis bien equilibrados con especias. Nos encanta el pulpo marinado con sabores picantes, los calamares o los generosos pescados enteros bien asados o los grandes langostinos "tiger prawns" al estilo masala. Como en todas partes, es un polo, así que ármate de un poco de paciencia o date una vuelta por el pueblo y vuelve.

Construido en 2019 en una pequeña isla de Pongwe, este hotel-restaurante boutique es similar al icónico The Rocks de Michamvi. Aquí no se trata de una casita encaramada en una roca, sino de un auténtico hotel con piscina y restaurante. Se puede llegar a pie con la marea baja (la playa está a 100 metros) y en una pequeña embarcación con la marea alta. La comida es excepcional, al igual que las vistas, y aunque no todo el mundo puede alojarse allí, no hay nada que le impida comer. El carpaccio de atún con fruta de la pasión, los erizos de mar frescos y las langostas a la parrilla son las estrellas del menú.

Bajo una alta choza de paja, este restaurante local es tan elegante como sus platos. Nos encanta la profusión de deliciosos platos swahilis, con pescados y mariscos en todas las salsas y especias de la isla. Los precios son bajos, así que querrá probarlo todo. Pescado a la parrilla con arroz de coco, pulpo picante con ugali (plato típico tanzano a base de maíz, mandioca y mijo), chuku chuku de pescado con salsa de mandioca y coco, masala de ternera y chapati casero... Es difícil elegir.

Para cambiar de pescado y marisco, Villa Kiva (en el centro del pueblo) sirve buenas pizzas, preparadas con amor por la masa dorada y crujiente y una salsa de tomate auténticamente italiana. Si le apetece comida swahili, hay platos emblemáticos en la carta (curry, sopas, etc.) y pequeñas maravillas como una tentadora ensalada de pulpo. También se ofrecen hamburguesas y excelentes cócteles para empezar bien la velada.

En la playa norte de Matemwe, esta pequeña cabaña sin pretensiones está regentada por un equipo local que es campeón de los platos swahili y del sabroso marisco a la parrilla. Es natural, cuando conoces a los pescadores del pueblo, estar bien abastecido. Las estrellas del menú: langostas, bogavantes y pulpo a la parrilla, a un precio muy bajo. Pero también un plato de pescado swahili con plátanos y marisco con curry de coco... Todo ello acompañado de grandes patatas fritas caseras o arroz blanco, a su gusto. Es muy auténtico y por lo tanto polo.

No se viene aquí por la decoración minimalista: una banda con mesas de madera tosca cubiertas de cera, los pies en la arena. Pero sí se viene aquí para devorar langostinos tigre gigantes, calamares, pulpos y langostas frescas en profusión y a bajo precio. También se viene a formar un vínculo especial con los lugareños que regentan el restaurante. Sobre todo porque está en el centro del pueblo, es un lugar estupendo para relacionarse con los niños que juegan alrededor mientras esperan la comida (un momento que puede ser muy polo sin reserva previa).

El bar-restaurante de los bungalows del mismo nombre es un lugar de moda en Matemwe. En primer lugar, porque la comida es excelente y tiene un precio razonable. Le encantará la pasión con que se preparan los platos swahilis de pulpo, calamar y pescado del menú diario, finamente condimentados, y el esmero con que se preparan las delicadas ensaladas y las verduras a la parrilla. Un magnífico bar de madera sirve excelentes cócteles. El ambiente es muy animado, con conciertos y sesiones de DJ casi todas las noches.

El restaurante de este hotel boutique se encuentra directamente en la arena, frente a la playa, un bonito escenario para una pausa para comer, un cóctel o una cena. Para empezar, puedes probar las deliciosas samosas. Para el plato principal, es difícil elegir entre una deliciosa langosta a la parrilla con guacamole de mango y un pulpo cocinado a fuego lento en una salsa de curry y coco y servido con arroz de jazmín. En el menú también hay sándwiches (prácticos para ir de paseo), un puñado de platos vegetarianos y muchas opciones saludables, como zumos de fruta fresca.

Cerca de Jaw's Corner, esta pequeña cantina local sólo es frecuentada por los lugareños. Sin embargo, está lleno de trabajadores, a menudo hombres, para desayunar y comer. Detrás de un mostrador, puede elegir algunas especialidades preparadas, un montón de fritos, bollos, o tomar un plato del día de la pizarra. Todos los platos que empiezan por wali están hechos de arroz y harina de maíz. Aquí podrá disfrutar del auténtico sabor de la comida suahili picante, las patatas fritas caseras, el ambiente local y los precios.

Este restaurante de carretera situado a la entrada del pueblo es todo un referente. Las mesas están adornadas con manteles masai de cuadros rojos. Los platos se cuidan al máximo, desde la presentación hasta la cocción perfectamente dominada, pasando por el equilibrio de las especias. La envoltura de pescado es tan tentadora como la ensalada de pulpo. Los platos siempre van acompañados de una pequeña ensalada. Su punto fuerte son las salsas, cuyos secretos de Zanzíbar no han sido desvelados. Los cangrejos y bogavantes a la plancha también son asequibles.

Este restaurante local ofrece platos que se alejan de los menús habituales, sobre todo en suajili y, por tanto, auténticos. Nos gusta una interesante brocheta de mar, samosas, pulpo con curry de coco y los famosos langostinos jumbo, una suculenta sopa de cangrejo y otros currys swahili servidos con chapati, arroz de coco y verduras. El bogavante se prepara con anacardos y una salsa india picante. Para los vegetarianos, las pizzas veganas son perfectas, así como la ensalada de mango y feta con verduras crudas.

Este pequeño restaurante local del pueblo ha puesto el listón muy alto para competir con los restaurantes de los hoteles centrándose en la encantadora cocina local. En primer lugar, la frescura del marisco es impecable. La especialidad aquí es el pescado a la parrilla, las langostas, el bogavante, el pulpo, etc., a precios inferiores a los de las mesas más refinadas. Pero el menú también brilla con maravillosas especialidades swahilis, como la carne de vaca con mango, las gambas al coco, la sopa de pescado o el pollo tandoori, e incluso buenas pizzas y tostadas de aguacate.

Este restaurante local es el lugar ideal, a tiro de piedra de la playa de Dongwe, para devorar un montón de deliciosas langostas a la parrilla, bogavantes y marisco a precios asequibles. Nos gusta el esfuerzo que se ha hecho en la decoración: conchas colgando como una cortina de perlas. Las samosas swahili y la limonada son recomendables, las guarniciones están equilibradas con las especias de la isla, especialmente el arroz pilau, una delicia. Buen ambiente de música reggae, gran acogida, excelentes cócteles creativos como la bananacolada.

El restaurante local tiene una hermosa vista de The Rocks en Pingwe. Aquí podrá darse un festín de grandes peces gordos, langostasde roca y langostinos jumbo, langostinos tropicales gigantes para morirse, todos bien asados. El entorno es rústico, la acogida es cálida, los platos están bien llenos, es una buena comida, ¡no tengas miedo de comer con los dedos! El pulpo en salsa swahili picante es igualmente extraordinario, y la frescura de los productos ejemplar, además el restaurante es un comedor para algunos residentes.

No puede equivocarse con este alojamiento de cuatro estrellas con su piscina cuadrada y verde y su palmera en el centro. El restaurante está abierto a todo el mundo y vale la pena visitarlo. El menú presenta una plétora de platos suahilis sutilmente condimentados, incluyendo muchos currys vegetarianos, platos italianos y pizzas crujientes y exitosas, así como platos de fusión asiática como fideos tropicales, todo ello a un precio razonable y en un entorno idílico. Una buena dirección.

Esta trattoria y pizzería italiana es sin duda una de las mejores de Stone Town. Auténtica masa fina napolitana cocinada al fuego de leña, mozzarella de primera calidad, una auténtica delicia. Los platos elaborados por el chef Juan Misantandreu son igual de tentadores, con pasta de marisco, atún o dorada marinados con especias mediterráneas y delicadamente asados a la parrilla. El entorno es encantador, con un patio elegante y bien distribuido, refrescado por la vegetación. Jueves jam session, viernes concierto de música en directo y sábado noche latina.

El bar y restaurante del hotel, situado junto a la playa, sirve estupendos batidos y cócteles con zumos de fruta recién exprimidos. La música reggae se adapta bien al entorno: un paraíso playero. Puedes sentarte aquí bajo la gran cabaña de paja o en los sofás. El restaurante es excelente y asequible: de verdad, aunque no se aloje aquí, venga a probar la generosa y bien asada langosta. También hay excelentes desayunos, buenas ensaladas y platos tanzanos bien cocinados. El personal es muy amable y numeroso.

Se trata de una microestructura muy agradable, justo en la playa, dirigida por los amables propietarios italianos Claudia y Arnaldo que cuidan de sus macetas. Todo se prepara con paciencia y esmero, al estilo italiano, pero con una gama de platos sanos, incluyendo hermosas ensaladas. Nos gusta el ambiente íntimo y el gran sofá de la esquina con sus bonitos cojines para pasar un momento de convivencia. También hay algunas habitaciones pequeñas para alquilar.