Qué ver y hacer Casamance

Evelyne le mostrará generosamente su taller (con cita previa) y le explicará todo el proceso de fabricación, desde la recolección de la arcilla en los bolongs, hasta la cocción en las ramas de los manglares, incluyendo una demostración de modelado y la aplicación de un barniz de fruta silvestre en la pieza recién creada. Además, posibilidad de hacer prácticas.

El cementerio de Carabane posee tanto el alma como los restos de algunos de sus grandes nombres. Protet (enterrado frente a las islas Karones, enfrentándose a sus enemigos y burlándose de ellos eternamente: «incluso muerto, te miro») es, con diferencia, el de mayor fama. Trabajó arduamente para ampliar la zona de dominación colonial, llegando hasta Guinea-Bisáu y Kamobeul, para volver de nuevo a Kafountine. Dicho esto, el cementerio no es el de Protet, sino el de la isla, por lo que encontrará, además de su extraña aura que rezuma historia, tumbas con fechas y nombres que desafían el tiempo. No se lo puede perder.

Si hablamos de historia, no podemos olvidarnos de la iglesia bretona, la tercera más antigua del país (siglo XIX). Un recorrido por su interior reserva muchas sorpresas. Parece que estamos entrando por las puertas del pasado, un pasado que está cerca y lejos, dependiendo de los objetos y tiempos que encontremos en la visita. Su campanario fue financiado por una condesa de la aristocracia francesa. Resulta que ahora falta una de las campanas; se dice que está en Oussouye. En la que queda, caída y muy deteriorada, podemos leer su origen (Villedieu France) y su motivo: un regalo de una tal Sra. Wintz de Hocfelden, alsaciana, a su hijo en 1897. Dos gigantes almejas de verdad ya no contienen agua bendita, pero todavía hay un cuadro de una monja y una infinidad de antiguos escritos, algunos en wólof y otros en francés. No por mucho tiempo, porque el viento, las manos y el tiempo eventualmente se los apropiarán. En cuanto a las vidrieras y pinturas que cubrían las paredes, ahora están amarillentas. Abandonado durante muchas décadas, fue recientemente renovado, restaurando así su antiguo esplendor.

Un hermoso paseo en piragua por el río Casamance, pero no intenten aterrizar en la isla, ¡es impenetrable! Se dice que la isla fue una vez un pequeño Edén, repleto de árboles y frutas. Sin embargo, había que comerlos en el acto y no era aconsejable llevarlos a casa. Algunos habitantes incluso querían limpiar el sitio para establecerse allí, pero un día en el camino de regreso, las piraguas zozobraron y una veintena de ellos perdieron la vida. Desde entonces, la naturaleza habría recuperado sus derechos para que el hombre ya no pudiera atracar allí...

Frédéric, antiguo guía de la región, decidió abrir un museo de la tradición diola en 2012 con objetos tradicionales que ha recuperado de su familia. En el corazón de un jardín de flores bien cuidado, el museo está situado en una cabaña con techo de palma y está lleno de herramientas, instrumentos musicales, utensilios de cocina y todo tipo de objetos que los diolas solían utilizar a diario. Una verdadera cueva del tesoro. Al lado se encuentra un pequeño bar donde podrá refrescarse con un delicioso zumo local. Posibilidad de almorzar allí bajo reserva.

Desde 2018, Ziguinchor tiene un pequeño museo, que tiene el mérito de existir, y que pronto debería convertirse en un segundo sitio, en el lado de la Universidad Assane Seck. Presenta dos aspectos de la cultura senegalesa: el patrimonio y el arte contemporáneo. Por un lado, verán objetos tradicionales y de culto de varios grupos étnicos como máscaras e instrumentos musicales. Por otra parte, las obras de los artistas senegaleses reflejan entre otros los colores de Casamance.

Es posible solicitar una audiencia con el rey, si desea hablar con él sobre un tema que le interesa y que concierne al pueblo, en la casa real. Se reunirá con usted en frente del bosque sagrado alrededor de las 5 pm. Sea muy respetuoso, no monopolice su tiempo, y no haga preguntas que molesten. Todo lo que gira en torno a las creencias, su entronización y ritos es muy místico, "nye nye" en diola, ¡tabú qué!