BOULE DE MOUSSE

Huele a suavidad incluso en la calle. La Boule de mousse invita a envolverse en su tienda como en un capullo. Todo está meticulosamente dispuesto hasta el más mínimo detalle, para que vengas a comprar flores y te vayas con el alma llena de belleza. Desde el suelo hasta el techo, las flores y plantas se enrollan unas en torno a otras, revolotean sobre círculos, decoran macetas, se deslizan por las paredes. Todo ello orquestado por la chispeante Corinne Le Dorze, que lleva poniendo el corazón en su trabajo desde 1984. Su pasta también decora muchos carteles del centro de la ciudad.