Dirección con terraza que ofrece platos de calidad y una carta de especialidades regionales.
Venir a Rennes significa relajarse en el ayuntamiento y tomar un buen plato de aire Breton y algunas de sus dulces en la bonita terraza del Piccadilly. Esta institución ha visto desairar a generaciones de Rennais y turistas que siempre han sabido apreciar el prestigio de la dirección, su elegancia y la calidad de sus platos, así como de su servicio. Al igual que la arteria británica, el Piccadilly rennés se encuentra en el centro de las curiosidades turísticas y de los comercios, mientras que se codea con las arcadas de la ópera. Esta brasserie no ha cambiado en este sentido y la terraza climatizada recuerda muchos recuerdos: es como el resto del lugar un lugar de pleno derecho. En el interior, la decoración es elegante y las mesas de asalto. El encanto, el refinamiento y la modernidad están en la cita con zonas acogedoras, cómodos sillones y sofás. También apreciamos las lámparas de araña, el trabajo en las paredes y otros detalles. También nos sorprende las paredes vegetales: te transportan en forma de relax. El bar inglés no es demasiado atractivo. En cuanto a la cocina, el chef Ludovic Lefeèvre ofrece un bonito control de las cocciones y de los sabores. El servicio es millonario. Todos los platos se sirven al mismo tiempo con profesionalidad y repartida. La carta lleva las especialidades de la región con fervor: el hueso de médula asado a la flor de sal, el millelamón de trigo negro, las ostras de Cancale, el medallón de Lotte al chorizo ibérico o la sartén de Santiago de nuestras costas. Una bonita dirección que se enorgullece de toda la ciudad.
Este establecimiento también figura como :
Bon accueil bonne cuisine