Restaurante-bar-discoteca que sirve comida casera con productos locales y un trozo de deliciosa tarta.
El nombre de la marca resume la gran diferencia entre las dos pasiones de los directivos: la música y la cocina. Así, desde el álbum Gainsbourg hasta la huerta, sólo hay un paso en este restaurante-bar-discoteca cuya cantina, abierta para el almuerzo, nos sirve una cocina casera hecha a base de productos locales si es posible. Una oportunidad para que probemos un trozo de su deliciosa tarta de coulommiers mientras el solo de guitarra de una banda de los 60's se mete en nuestros oídos discreta pero agradablemente. Su costado lo toca todo, su sobria decoración, sus exposiciones temporales y ocasionales conciertos le dan al lugar un toque de originalidad y un ambiente muy agradable.
Este establecimiento también figura como :
Endroit chaleureux. Je recommande.