2024

LA MAISON DU CIDRE

Cultivador de sidra

Es una parada tan pedagógica que enriquece y refresca. Hélène y Jean-Baptiste se llevaron esta granja del siglo XIX a la entrada de la península de Crozon hace cinco años. La producción se ha abandonado desde hace muchas cosechas. Tras un período de rehabilitación de los huertos, han relanzado la fabricación de sidra de Kermarzin a partir de variedades típicas del norte de Cornuaille, lo que da vida a una tradición centenaria: a principios del siglo pasado, la sidra de Kermarzin atravesaba la arena rade Brest para embarcarse a bordo de los barcos. Certificados "agricultura ecológica", las sidras de la granja de Kermarzin son tímidas, potentes en boca y típicas de la tierra. Su fermentación es lenta (entre tres y cinco meses) y la toma de espuma se hace con naturalidad. Aquí, además de una degustación (gratuita), te darán la sidra. De Bretaña, pero no sólo. En el sótano, auténtica cueva de Ali-Baba, se reúnen las mejores sidras de Francia que Jean-Baptiste selecciona entre las diferentes terraras por su sensibilidad, su autenticidad y su origen con productores costeros independientes. Para prolongar este aprendizaje, el siador propone también cursos de iniciación a la enología de la sidra. Y no se ha terminado ya que podrás descubrir la historia de la sidra en un pequeño museo donde se reúnen antiguas herramientas desde la Edad Media hasta nuestros días. La visita terminada (unas 2 horas) te comerá una pequeña crepe. ¡Por supuesto que están haciendo crepes! ¡Pagsannes y bio plus!

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