Hay que hundirse en una de las calles perpendiculares en el muelle oeste para descubrir este restaurante muy colorido, en una terraza acogedora y en la decoración en tonos cálidos. La cocina es sencilla, pero de calidad, y todo el mundo encontrará la diversidad de lo que se propone para satisfacer a todos los clientes. Por supuesto, aquí se viene a comer pizzas de tipo clásico como la Margarita, la Calzona o la napolitana. Pero los estómagos fríos de especialidades bretonas apreciarán necesariamente la torta Rosedo al salmón ahumado, el trozo de limón y la crema fresca. En cuanto a los que desean comer gracias a los productos del mar, las gambas, las vieiras, las moldes marineras o la crema, sin contar las buñuelos de calamar conformarán las más difíciles. También se sirven ensaladas y parrilladas y una crepe normanda (manzana cocida flamenca con calvados) pondrá a todo el mundo de acuerdo para el postre.
Je recommande vivement !! ???? A consommer sans modération ????????