Una joya de la arquitectura románica que hay que descubrir para pasar un hermoso momento de historia y espiritualidad. Déjate impregnar por el lugar.
Situada en la Ruta del Románico de Alsacia, la iglesia abacial de Saints-Pierre-et-Paul es una joya de la arquitectura románica del siglo XI. Construida entre 1030 y 1050 bajo la dirección de Rodolphe d'Altenbourg, uno de los fundadores de la Casa de Habsburgo, está dedicada a los apóstoles de Cristo, San Pedro y San Pablo. Fue consagrada en 1049 por el Papa alsaciano León IX y estaba destinada a las monjas benedictinas.
Su planta central octogonal, inspirada en la Capilla Palatina de Aquisgrán, la convierte en un ejemplo único de arquitectura religiosa en la región del Alto Rin, que incorpora elementos de los estilos paleocristiano, bizantino, prerrománico, carolingio y ottoniano.
A lo largo de casi 1.000 años, la abadía ha sido devastada varias veces, destruida por guerras e incendios, y reconstruida. Tras la Revolución Francesa, se disolvió definitivamente y sus tesoros se dispersaron. En los siglos siguientes se sucedieron las campañas de restauración para devolver al edificio su antiguo esplendor. La última de ellas concluyó en 2018, poniendo de relieve las dos capillas góticas de los siglos XV y XVI. Desde 1991, también se ha reanudado la vida monástica: en Ottmarsheim se creó un priorato de las Siervas de Jesús y María, congregación fundada en 1930, para atender a la iglesia y las parroquias de los alrededores. El convento alberga a una decena de religiosas.
Las visitas guiadas teatralizadas con trajes de época permiten descubrir la tumultuosa historia del edificio junto a Rodolphe y Cunégonde, condes de Altenburgo.
Nous avons ainsi pu profiter d'une visite théâtralisée du lieu, avec des guides en costume d'époque, incarnant le couple Rodolphe et Cunégonde d'Altenbourg. Ils évoquent avec truculence les légendes de l'abbatiale et racontent de nombreuses anecdotes sur le trésor caché et les sinistres liés aux causes les plus diverses.
Passionnant