ABBAYE DE LORSCH

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991, la abadía de Lorsch es un lugar excepcional en pleno centro de la pequeña ciudad del mismo nombre. En el corazón de esta abadía, situada en un altozano, se encuentra la"Königshalle" (o"Torhalle"), una antigua puerta monumental de la época carolingia que ha sobrevivido intacta, lo que la convierte en el monumento carolingio mejor conservado al norte de los Alpes. El exterior es fácil de admirar, mientras que el interior está abierto todos los días con visitas guiadas cada hora (sólo los fines de semana en temporada baja). El acceso al conjunto del recinto es gratuito, sólo se cobra la entrada al museo.

La abadía se fundó en 764 y adquirió una dimensión mayor cuando se convirtió en lugar de enterramiento de los soberanos carolingios del este del reino, a partir de 876. El monasterio disfrutó de un periodo de prosperidad, convirtiéndose incluso en un punto de referencia para la práctica de la medicina moderna de la época. Un incendio destruyó la abadía en 1090, pero fue reconstruida durante el siglo ^XII. En 1232, los monjes benedictinos fueron sustituidos por cistercienses cuando Lorsch pasó a estar bajo el control del Electorado de Maguncia. La herencia carolingia se deterioró con el paso de los siglos y los caprichos de la historia. Fue con la Reforma protestante en el Palatinado cuando la vida monástica en Lorsch llegó a su fin, hacia 1556.

Además del vestíbulo de entrada, de 1200 años de antigüedad, se puede visitar el edificio principal de la iglesia abacial y los muros que la rodean.