ABBAZIA DI VALLOMBROSA
Inmersa en un bosque centenario, la Abadía de Vallombrosa conserva intacta la tranquilidad de su tiempo.
Lo que está a punto de descubrir, una imponente abadía, no fue antaño más que una pequeña cabaña de madera construida por Giovanni Gualberto, un noble florentino del siglo XI que, en 1036, decidió dejar atrás su lujosa vida y aislarse en el bosque para dedicarse a la oración. Desde entonces, el convento ha sufrido varias transformaciones, pero hoy conserva su noble aspecto de los siglos XVI y XVII. La austera fachada medieval presenta ventanas enmarcadas en pietra serena, una piedra arenisca gris. La iglesia abacial, cuyo campanario data del siglo XIII, alberga importantes obras de arte, como el cuadro Trinità de Lorenzo Lippi. En 1950, el Papa Pío XII elevó la iglesia al rango de basílica menor.
También merece la pena visitar el museo, donde se exponen obras de la abadía, ornamentos litúrgicos, libros ilustrados y manuscritos, y la Antica Farmacia, donde se pueden comprar licores, miel, dulces y otras especialidades.
Además de la abadía y el complejo monástico, merece la pena descubrir las capillas, tabernáculos y cruces repartidos por los bosques de los alrededores. Cada una ilustra episodios de la vida del fundador Gualberto. Le recomendamos el sendero de la "Scalinata del Calvario", que conduce desde la abadía hasta el lugar donde antaño se retiraban los monjes eremitas para rezar en absoluto silencio.
Inmersa en el verdor de un bosque centenario, a sólo una hora en coche de Florencia (en el municipio de Reggello), la abadía de Vallombrosa conserva intacta la tranquilidad de su época.