CATTEDRALE SANTA MARIA DEL FIORE

Tanto la catedral como el baptisterio están construidos en un gran espacio rectangular formado por dos antiguas plazas separadas pero interconectadas. Santa María del Fiore es la cuarta catedral más grande del mundo, después de la de San Pedro en Roma, la de San Pablo en Londres y la de Milán.

El actual Duomo

es, de hecho, la cuarta reconstrucción del templo original. Fue a finales del siglo XIII cuando el Ayuntamiento decidió sustituir la antigua catedral de Santa Reparata (la Virgen martirizada murió en el 250 d.C. a los 15 años) por un edificio digno del poder de Florencia. La primera etapa de este grandioso edificio, construido en la orilla derecha del Arno, fue realizada por el arquitecto florentino Arnolfo di Cambio en 1296, y continuada hasta 1434 por sus sucesores según un plan modificado. Numerosos arquitectos, como Giotto, Andrea Orcagna, Talenti y Ghini, participaron en este gigantesco proyecto, que duró casi 140 años. Santa María del Fiore fue consagrada el 25 de marzo de 1436 por el Papa Eugenio IV. La catedral está coronada por una revolucionaria cúpula de Brunelleschi, construida entre 1420 y 1436, verdadero símbolo del Renacimiento. El nombre de este enorme lugar de culto, Santa María del Fiore (Santa María de la Flor), hace referencia a la Virgen de Florencia, así como al lirio del escudo florentino. Con 153 metros de largo, 23 metros más que Notre-Dame-de-Paris, y 38 metros de ancho, desafía las limitaciones arquitectónicas de la época.

El exterior está enteramente revestido de mármol verde (Prato), rojo (Maremma) y blanco (Carrara), al igual que el baptisterio y el campanario. La abundancia de estatuas en la fachada, construida a finales del siglo XIX, permitió la contribución de Donatello, Nanni di Banco y Domenico Ghirlandaio, mientras que las 44 vidrieras fueron creadas por Lorenzo Ghiberti. En el portal sur (lado del campanario) se puede ver un mosaico de Ghirlandaio, David y Domenico, y San Mateo

, una obra inacabada de Miguel Ángel. Durante el Renacimiento sólo se completó la parte inferior de la fachada diseñada por Arnolfo di Cambio. Considerado completamente obsoleto, fue desmantelado en 1587. No fue sustituido hasta 1871, cuando se adoptó el proyecto neogótico diseñado por Emilio de Fabris. Al entrar en la catedral, te sorprende la inmensidad del espacio y la sobriedad de las decoraciones. La planta de cruz latina, con un santuario octogonal en el crucero, está rodeada de tres ábsides. La bóveda se encuentra sobre el coro y el altar mayor. El interior está decorado con frescos de Paolo Uccello y Andrea del Castagno. Las 44 vidrieras representan a los santos del Antiguo y del Nuevo Testamento (en la nave y los transeptos), así como escenas de la vida de Cristo y María. La planta de mármol coloreado data de 1526-1660 y tiene una planta característica, consistente en un cuerpo basilical de tres naves soldado a una cabecera de arco trilobulado que sostiene la enorme cúpula. Ejecutado en 1443 por Paolo Uccello, el colosal reloj que corona el portal principal es un reloj litúrgico que calcula las 24 horas del día a partir de la puesta de sol del día anterior.

Los desafíos técnicos, las rivalidades entre genios y las intrigas de poder han marcado la historia de esta obra maestra absoluta de la arquitectura.