CASTILLO DE LABOURDONNAIS
Antiguos huertos y una residencia neoclásica magníficamente escenificada, que ofrecen una visión del arte de vivir en el siglo
El sitio cultural del castillo de Labourdonnais es una de las joyas de la corona del patrimonio local, con su castillo-museo, sus huertos, su destilería de ron y su chimenea. Sin embargo, sigue muy vivo y floreciente, con una destilería y la mayor producción frutícola del país. El castillo es la joya de la corona, un magnífico escaparate del arte de vivir en el siglo XIX. La visita comienza con una espléndida avenida de intendances de más de 150 años, árboles introducidos en Mauricio en el siglo XVIII para embellecer los jardines de las residencias nobles. Conduce al castillo, un orgulloso edificio neoclásico de dos plantas construido principalmente en madera de teca, con tejado de tejas y una galería con doble columnata. Este es el comienzo de un viaje al pasado, un viaje que revela las diferentes facetas de la vida en una finca agrícola mauriciana. Una vez atravesado el vestíbulo, la planta baja se divide en dos zonas al estilo de las mansiones privadas de la época: el comedor, con su decoración panorámica pintada a mano, a un lado, y el salón y el estudio del amo, al otro. Los dormitorios se encuentran en el piso superior, mientras que la cocina está escondida en un pequeño pabellón exterior, una norma de precaución impuesta en la época para evitar la propagación del fuego. El mobiliario atestigua una doble influencia, inglesa y francesa. La ingeniosa escenografía apela a todos los sentidos y ofrece un maravilloso viaje en el tiempo.
Oda a la vida interior y exterior, la veranda circular se abre a un dosel de árboles centenarios. Podrá recorrer el parque a pie, siguiendo los tótems didácticos para descubrir las diferentes especies, los mangos (una colección de unas cincuenta variedades), las especies exóticas que producen frutos con nombres extraños - pomme jacot, sapotier, jamalac, prunier de cythère... - o las frutas más comunes utilizadas para hacer zumos y mermeladas, como la papaya, la guayaba, la fruta de la pasión, el mango, etc. - A descubrir al final de la visita durante la degustación.
Otro néctar: el ron de la Distillerie de Labourdonnais se produce in situ. No hay visita a la destilería, pero unos tótems informativos explican los secretos de su producción, y se ofrecen sesiones de degustación y talleres.
Un poco más lejos, un singular museo subterráneo bajo la antigua chimenea de la fábrica revela los secretos ocultos del lugar. En el lugar: tiendas y restaurante.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
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Opiniones de los miembros sobre CASTILLO DE LABOURDONNAIS
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
Le jardin est très beau également. Votre ticket d’entrée vous permet de déguster du rhum, jus de fruit et pâtes de fruits provenant tous du domaine. Un très bon moment passé avec les enfants