HOF VAN HERZELE
Idealmente situado en pleno centro de la ciudad, en un edificio del siglo XIII, este restaurante ha sabido preservar la autenticidad del lugar con sus paredes de época, sus ladrillos vista, su techo de madera pintada -clasificado- su gran lámpara de cristal y sus bonitas mesas… al mismo tiempo que aportan una bonita nota de modernidad. En cuanto a la carta, el regionalismo es de la parte y los clásicos son de buena calidad: las croquetas de camarón, el waterzoi o la tradicional carbononnada flamenca. Mención particular al entrecot y al filete a caballo acompañados de salsa bearnesa preparada al minuto y patatas fritas frescas trincadas a mano. También hay una bonita terraza con patio para los días soleados y una magnífica bodega abovedada medieval con capacidad para 40 personas. Pero el lugar a sus clientes acostumbrados y tendrás que reservar fácilmente dos días antes.