Al final del puerto de Maó, tome la carretera de Fornells y gire a la derecha hacia Es Grau. Aquí, una playa tranquila se extiende al pie de un pueblo de casitas blancas, justo enfrente de la isla de Colom. Hay un pequeño xiringuito sin pretensiones, el bar Es Moll, donde podrá degustar tapas yodadas y saborear una copa de vino menorquín con el mar como telón de fondo... Sencillamente mágico. Esta parte de la costa, con su encanto de antaño, sigue siendo poco frecuentada a pesar de su proximidad a Maó. No pierda la oportunidad de aventurarse por el Camí de Cavalls hasta las playas desiertas de Tamarells (a unos 40 minutos a pie).

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Es Grau. Anibal Trejo - Shutterstock.com
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