Situado fuera del centro de la ciudad, no pienses que este establecimiento no tiene personalidad. ¡Al contrario! Geraldine y Christophe Martineau hacen todo lo que esté en su mano para sacarte de la gris y hacer subir, si no al séptimo cielo, al menos un poco por encima de las nubes. El Cockpit es ya un bonito nombre para un buen plato de aire. Aquí se viene por el entorno insólito, totalmente dedicado a la aviación, como indica el nombre del restaurante. En cuanto a la cocina, se pasa un rato agradable entre amigos, con platos cerveceros (ensaladas, hervidos, planchas) o menús tradicionales sin gran imaginación pero de buena calidad, y fórmulas de mediodía a precio módico. La terraza es agradable en verano. También nos gusta la fórmula distendida para los grupos, amigos y todos los que se aman.
Geraldine et Christophe
Sans oublier le personnel au service, elles sont toutes à l'écoute.
Une belle découverte
Geraldine et Christophe