CHEZ FERNAND
En el Chez Fernand se come bien, fresco y copioso en forma de platos compuestos. Esta brasserie-bistrot original presenta una carta diferente cada semana, dependiendo de los desembarques y la temporada. Su particularidad no es sólo en el diseño de los platos, sino también en una inspiración desbordante de los platos ejecutados: te atreves a golpear las zanahorias con curry con el mini-burger charolais, la quiche de Saint-Maure y espinacas con los calamares, en un mismo gran plato. No hay menús o fórmulas, pero un plato del día siempre diferente y lleno de frescura, sin ninguna nota falsa. El ambiente de la sala es acogedor, incluso demasiado si se viene en grupo, el color de las paredes es vitaminada, al igual que los zumos de fruta fresca, los cócteles y el té frío casero propuesto a la carta. La cocina está abierta y el chef está encantado de venir a su mesa. La terraza está en un callejón sin salida en un callejón sin salida, y la vegetación de los bambú decorativos aporta una nota zen con colores acidulados de sillas y mesas. Para los golosos que toman el desayuno en el Fernand, pruebe la pasta de untiner casera… Excelente dirección que los habitantes de la zona frecuentan sin cansar.
Bien servie. Toujours beaucoup de monde et pas de réservation donc il faut arriver tôt si on ne veut pas attendre