Diversión y salidas Nungwi

El lujoso Z Hotel ha dedicado la última y segunda planta de su restaurante a un bar de cócteles y champán, con vistas a toda la playa de Nungwi y a las hipnóticas aguas azul turquesa. Uno de los mejores lugares también al atardecer, dependiendo de la hora del día. El barman ofrece una carta de champán (al fin y al cabo, el entorno lo merece) y excelentes cócteles (que no hay que perderse en la hora feliz), tanto de elaboración propia como clásicos bien equilibrados. Un DJ viene a poner música relajante y deja que la gente charle en los grandes sofás.

Este es EL club al que hay que ir los miércoles, jueves y domingos en Nungwi. En Cocobello, bajo un techo de makuti y sobre un valle de arenisca multicolor, los DJ locales y continentales se ponen a los platos para pinchar los mejores sonidos naija, amapiano e internacionales del momento. Como en todos los locales de fiesta de Zanzíbar, artistas, bailarines y acróbatas (aquí de Six Unit) actúan en el escenario, disfrazados. ¡Espectáculos que hacen arder el escenario! Los swahilis de Nungwi también están listos para sus coreografías. Un lugar estupendo para bailar.

Como la proa de un barco en la playa, la pequeña cabina del camarero de Cocobello da a la arena por dos grandes escalones, frente al pequeño hotel y discoteca del mismo nombre. Aquí se preparan buenos cócteles -divinas piñas coladas hechas con coco y piña fresca- y la música es local, pero bien elegida y bailable. Los bajos suenan lo bastante alto como para crear un ambiente festivo, atrayendo a los jóvenes de Nungwi que se reúnen en pequeños grupos y a los turistas que recorren la playa. La interacción es fácil y el personal local es amable.

El mejor bar de cócteles de Nungwi, contiguo al restaurante del mismo nombre y frente al mar. Las simpáticas camareras italianas agitan frenéticamente sus cocteleras para preparar algunos de los cócteles más creativos de Nungwi. Mojito de manzana, caipiroska de pasión, un refrescante jardín verde (ginebra Bombay Saffire, pepino, lima, albahaca, ginger ale) o una afrutada mula italiana (Campari, zumo de naranja, canela, ginger ale), la elección es difícil. Las gradas de madera sirven de pequeña terraza, pero puedes sentarte en la playa con tu bebida.

Este chiringuito de roots reggae-rasta siempre pone buena música. Desde reggae hasta blues y jazz, la lista de reproducción es larga. Puedes sentarte y disfrutar de un coco casi helado, un cóctel de fruta fresca o una buena cerveza local (Kilimanjaro, Safari, Serengeti, etc.). El ambiente es relajado, sobre todo en las tumbonas y hamacas, ideales para ver pasar los dhows mientras se pone el sol. Es precisamente la hora en que la juventud local se reúne para hacer acrobacias, pasear y reunirse en la playa de enfrente.