SOBO BADÈ
«Crear sorpresa, atracción». Estas palabras son del fundador de Sobo-Badè, el amable Gérard Chenet, quien eligió el nombre de una deidad vudú haitiana para nombrar su hotel. Sobo-Badè, con sus fachadas cubiertas de conchas, terracota y mosaicos de colores, combina materiales naturales, construcciones africanas tradicionales y la fantasía del modernismo al estilo de Gaudí. Cuando llegue, le fascinará la belleza y la magia del lugar, así como la tranquilidad que reina bajo los árboles, frente a la sublime vista de la playa. Cuenta con alrededor de cincuenta camas: dormitorios, habitaciones con o sin baño privado y habitaciones dobles con vistas panorámicas al mar —recuerde reservarlas con antelación, especialmente los fines de semana—, todo ello a un precio muy asequible. En el interior, las habitaciones son agradables, con sus bonitas ventanas, una mosquitera, una decoración colorida, bonitos baños (atención: no hay agua caliente)… Desde el desayuno hasta la cena, todos los platos son ecológicos y deliciosos; nunca nos cansamos de tomar zumos de frutas, helados caseros, pescado fresco y platos de especialidades senegalesas y haitianas, en la mesa o en las tumbonas frente al mar.
La particularidad de Sobo-Badè es que también es un centro cultural. Su gran originalidad es que los clientes pueden tomar clases particulares con los artistas residentes de diversos instrumentos y artes: yembé, balafón (¡excelente profesor!), calabaza, kora, danza africana (profesor particular y grupo acústico, por favor), batik, escultura, pintura… Podrá realizar varios al día, que se pueden reservar en el último minuto. Es ideal para todos aquellos que quieran pasar una o dos semanas ahí, entre clases y playa.
Un ÉÉÉNORM MERCIIII À ABDOU????????????????????????????????????????????