TEXAS CAPITOL

Lo menos que podemos decir es que el Capitolio de Texas, sede de su gobierno, no siempre ha tenido una existencia tranquila. El edificio actual es el cuarto en la historia del estado que sirve de sede a la legislatura y al gobernador (ejecutivo). Su superficie total es de 33.000^m2, más que cualquier otro capitolio de Estados Unidos. También es la tercera rotonda más alta del país. Tiene unas 900 ventanas y más de 400 salas. Y aunque no todas ellas son accesibles, hay que prever unas 3 horas para visitarlo.

La construcción del edificio fue aprobada por una ley de 1876. En ella se autorizaba la venta de terrenos en el norte de Texas a una gran empresa de Chicago para llevar a cabo las obras. Se vendieron más de 12.000 ^km2 de tierras de rancho, pero aun así los contratistas pidieron un presupuesto adicional de casi 4 millones de dólares. Inicialmente, los arquitectos habían planeado construir todo el edificio en piedra caliza. Pero como la piedra empezó a mostrar signos de erosión, optaron por el granito rosa de una cantera cercana. Tras más de doce años de obras, el Capitolio abrió sus puertas el 21 de abril de 1888, día de San Jacinto.

En el interior, la rotonda, desde su base hasta la parte superior, está decorada con retratos de los distintos gobernadores de Texas. También hay dos estatuas, una que representa a Sam Houston y otra a Stephen F. Austin. En 1993 se ampliaron las oficinas. La ampliación se ajusta perfectamente al estilo.