CEMENTERIO GENERAL
Cementerio en el que se considera que el difunto sigue viviendo después de su muerte y que necesita un hogar
Se extiende casi hasta donde alcanza la vista. La majestuosa entrada se abre a un callejón blanco con palmeras de troncos pintados. Uno de los cementerios más bellos de Sudamérica, en funcionamiento desde 1843, es también conocido como la Ciudad Blanca. Sus mausoleos y esculturas de mármol de Carrara son obras de arte en las que los entendidos encontrarán influencias del cementerio italiano de Génova. Aquí se encuentra la tumba de Rocafuerte, ex presidente del país, así como el mausoleo de Eloy Alfaro y un monumento erigido en su memoria. La vegetación se mezcla poéticamente con las tumbas. La mayoría de las tumbas están alineadas en una fila y cerradas con una rejilla. Aquí se considera que el fallecido sigue viviendo después de su muerte y que necesita un hogar. Por respeto, está prohibido hacer fotos y el guarda se lo recordará. Deje una buena hora para visitar el lugar y no dude en pedir al guarda que le indique las obras más bellas. Por razones de seguridad, se recomienda no aislarse en el cementerio y no acudir a él después de las 16:00 horas (se han denunciado robos). Hoy en día, una nueva vista de este impresionante cementerio la ofrece la Aerovía, el teleférico que conecta el centro de Guayaquil con Durán sobre el río Guayas, tras sobrevolar todo el cementerio, lo que probablemente sea la mejor manera de fotografiarlo, sobre todo porque el billete de vuelta a Durán cuesta sólo 1,5 dólares.