REMPARTS DE NIZWA - AL AQUR WALL

Orgullo de los habitantes de Nizwa, que emprendieron la renovación completa del casco antiguo en gran parte con sus propios fondos, las murallas de la ciudad antigua son la nueva atracción estrella de la región: una inmersión en la vida local, hasta el punto de que un paseo por lo alto de las murallas almenadas atrae tanto a todo Omán como a los viajeros de paso. Durante el día, en la estación templada, y hasta bien entrada la tarde, cuando el sol es abrasador, se puede pasear tranquilamente entre las palmeras, entre familias omaníes, grupos de hombres y mujeres con trajes tradicionales. Ni un ruido, aparte del leve susurro de las dishdashas y las discretas conversaciones de los lugareños, que tienen fama de ser tranquilas y serenas, intercaladas ocasionalmente con voces más altas, las de los viajeros cuyas palabras, naturalmente, se desvanecen muy rápido para encajar con el suave atardecer y la paz ambiental. Construida bajo el reinado del Imam Al-Sult bin Malik Al-Jarousi hace 1.200 años, la muralla sufrió una importante renovación y ampliación bajo el Imam Sultan bin Saif bin Malik Al-Yarubi en la segunda mitad del siglo XI. Tras la construcción del fuerte de Nizwa, aumentó la anchura y la altura de los muros y añadió puertas para reforzar la función defensiva del edificio y proteger a los habitantes de invasores y ladrones. Descuidada en las últimas décadas, la fortificación habría acabado por desaparecer si no se hubiera emprendido una nueva renovación en 2020. Esta importante renovación permitirá a los visitantes explorar una amplia sección de las murallas, que abarca un total de 1.950 metros. Con una anchura de unos 2 m y una altura de 5 a 6 m, reforzado por 15 torres de 5 m de diámetro, la más alta de ellas de 13 m, magníficamente iluminado por la noche (de ahí la importancia de volver después de cenar si se ha hecho el recorrido durante el día), el paseo está salpicado de numerosas atracciones: paneles didácticos, murales, tiendas diversas (perfumes, miel, joyas, etc.) y numerosos cafés con salas climatizadas, terrazas y azoteas. Todas ofrecen más o menos lo mismo: zumos naturales, mojitos sin alcohol, una amplia selección de cafés y tés, helados y bollería, etc. No hay restaurantes propiamente dichos, pero una gran explanada a los pies de las murallas alberga varios restaurantes que ofrecen una selección de platos salados y dulces.