Los mejores restaurantes Martina Franca

Este mesón, situado detrás del palacio ducal, ofrece una cocina tradicional muy rica, revisada con malicia por el chef Martino. En el comedor, Rosa se encarga del servicio. Como antipasto no puede faltar el capocollo casero con burrata. Disfrutará de deliciosos platos de pasta y, en temporada, de un cremoso y aromático risotto de boletus. Los amantes de la carne apreciarán el cordero cocinado a baja temperatura, las parrilladas mixtas y el cochinillo con vino y ciruelas. Una parada de buen gusto.

A lo largo de la calle Mercadante, que rodea el centro histórico, encontrará una pequeña plaza situada más abajo y delimitada por tres casas blancas con frontones puntiagudos que parecen haber salido de un cuento de hadas: aquí es donde se halla este típico establecimiento. Cuando hace buen tiempo, el ambiente campechano de la terraza invade la plaza y las escaleras. Ofrece excelentes especialidades locales que combinan búsqueda de sabores y generosidad. Pruebe el cochinillo empanado, preparado con vino Negroamaroy cebolla agridulce, y el digestivo casero con laurel.

Un bonito jardín donde se sirve cocina regional correcta y pizzas. El establecimiento no tiene nada de excepcional, podría ser un poco rejuvenecido, pero sigue siendo un buen paso, especialmente si estás buscando comida sin gluten.

Esta pequeña tienda, situada bajo los pórticos de la plaza Maria Immacolata, con su armoniosa forma semiovalada, vende los quesos y el capocollo de producción propia. Puede sentarse en una de las pocas mesas a la sombra de los soportales para un almuerzo rápido, y disfrutar de un surtido de sus ricos productos en platos de plástico, acompañados de pan, algunas aceitunas y taralli (roscas saladas tradicionales). O bien, opte por un panino caliente relleno con una generosa capa de embutido capocollo yqueso stracciatella : ¡una delicia! Y a un precio muy razonable.

Este restaurante familiar nació de la estrecha colaboración entre dos hermanos: uno regenta la carnicería situada casi enfrente, el otro ofrece las carnes locales en su restaurante. Por lo tanto, la carta dispone de salchichas, chuletas de cordero, capocollo, bombette, fegatini (a base de hígado), parrilladas mixtas, todo ello acompañado de patatas asadas y una jarra de vino de mesa. El ambiente es rústico y muy local, con la televisión encendida de fondo. Es el lugar perfecto para satisfacer un antojo carnívoro a precios bajos.

Este pequeño establecimiento con una decoración refinada, al igual que su cocina, se encuentra detrás de una fachada discreta. La chef Angela se inspira en las tradiciones culinarias y los productos locales para crear platos deliciosos y sabrosos. La carta se divide en un menú de tierra y otro de mar, y se invita a viajar de uno a otro para degustar carpaccios de pescado con cítricos, orecchiette con capocollo y puré de habas, o un risotto con azafrán y trufa negra, de aroma divino. Los vinos de Apulia son excelentes.