Majestuoso, se funde naturalmente con las aguas del lago Lemán. Sin duda una de las siluetas más famosas del mundo, el castillo de Chillón es un símbolo de Suiza, una bella ilustración del país por la armonía de sus formas (veinticinco edificios) y la impresión de solidez y equilibrio que emana de él. Fortaleza asentada sobre el agua, auténtico cerrojo que vigila la antigua carretera de Italia, paso obligado -debido a la estrechez del emplazamiento- en el eje norte-sur, es también, frente al lago, residencia ducal. Es difícil datar con precisión esta fortaleza, pero la presencia de un puesto romano en el lugar ya parece atestiguada por monedas y restos hallados en el lugar. Durante toda la Edad Media, el castillo fue la sede de los poderosos condes de Saboya, que se habían establecido en la región. En 1536, Chillon llamó la atención de los alguaciles berneses, que primero lo convirtieron en su residencia antes de trasladarse a Vevey en el siglo XVIII. A medida que se extendía el gusto por la vida social, empezaron a aburrirse entre estos muros solitarios. Berna se apiadó de sus alguaciles y compró la casa Tavel en Vevey como nueva residencia. También se habló de demoler el castillo de Chillon; afortunadamente, el coste era demasiado elevado. Finalmente, la Revolución Francesa provocó la caída de Berna. En 1798, Vaud se liberó del control bernés y, desde entonces, el castillo de Chillon pertenece al cantón de Vaud.
En el recinto: una moderna museografía, exposiciones temporales, venta de vinos locales, tienda de recuerdos y playa.
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Opiniones de los miembros sobre CASTILLO DE CHILLÓN
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