MAUSOLEO DE ISMAIL SAMANI
Conocido como la perla de Oriente, el mausoleo de los samaníes quedó sin embargo olvidado durante mucho tiempo en un rincón de un cementerio. Cuando el arqueólogo Chichkine lo descubrió en 1930, mientras se construía el parque Samani, estaba arrinconado entre otras muchas tumbas y enterrado bajo varios metros de tierra, lo que le había permitido salvarse del tornado mongol y sobrevivir a mil años de historia. Hoy la necrópolis ha desaparecido, se ha construido un parque alrededor del mausoleo y se ha excavado el entorno para recuperar su configuración original. Los soviéticos admiraban el poder de su arquitectura y quisieron convertirlo en un museo. Los uzbekos, por su parte, veneran al fundador de una de las dinastías más prestigiosas de Asia Central. Incluso se dice que Ismail Samani, enterrado en el mausoleo, siguió gobernando Bujará durante mucho tiempo desde su tumba. Los emires o imanes iban a consultarle y esperaban su respuesta para tomar decisiones sobre la ciudad. La perla de Oriente es el mejor testigo de la edad de oro de Bujará. Construida a principios del siglo X por Ismail Samani para su padre Akhmad, esta tumba dinástica es el segundo mausoleo más antiguo del mundo musulmán. Su datación precisa permitiría saber si la tradición de construir mausoleos para las dinastías musulmanas nació aquí o en Irak con la tumba del califa Al Mountasir. Su arquitectura conserva la influencia sogdiana, pero incorpora técnicas constructivas revolucionarias para la época. El mausoleo está concebido como una representación simbólica del universo: un cubo de poco menos de once metros de ancho con cuatro fachadas idénticas, símbolo de la tierra y la estabilidad, rematado por una cúpula semiesférica que es la representación sogdiana del universo. Sobre la puerta del mausoleo hay un círculo en un cuadrado, el símbolo zoroastriano de la eternidad. Las técnicas decorativas de ladrillos ensamblados en grupos de cuatro o cinco en diferentes direcciones son también una innovación que marcaría los próximos siglos. El mausoleo tiene 18 combinaciones diferentes, incluyendo las tridimensionales. Sus proporciones y motivos decorativos reflejan el principio del cuadrado dinámico, un hallazgo arquitectónico que confiere al conjunto un poder y una armonía raramente igualados. Dependiendo de la posición del sol, la mampostería da al monumento una iluminación y un aspecto diferente, conmovedor a pesar de la sobriedad de su forma. Los fabricantes utilizaban ladrillos cocidos, cementados con yema de huevo y leche de camella. Este material inusual y su hábil montaje permitieron que el monumento sobreviviera durante más de mil años sin sufrir los efectos de los terremotos. Los peregrinos caminan alrededor del mausoleo tres veces recitando oraciones. Algunos turistas también, porque se dice que si usted expresa su deseo de volver a Bujará... el deseo se hace realidad.
Très belle architecture à ne pas manquer