MAR DE ARAL
Una vez que se encuentre frente al desierto de Aral, que se extiende hasta donde alcanza la vista, puede que se sienta tentado a avanzar para ver lo que queda del mar. Para ello son necesarias dos horas de camino entre dunas y arena. Obviamente es imposible prescindir de un vehículo 4x4 adecuado, así que no intente aventurarse en la zona con un turismo, quedaría embarrancado inmediatamente. Las agencias especializadas pueden organizarle la excursión, lo cual es muy recomendable: los paisajes son magníficos y uno se siente allí realmente solo en el mundo. ¡Atención! No vaya sin un guía si no conoce la ruta: no hay caminos trazados ni indicaciones (estará en medio del desierto). También, verifique el pronóstico del tiempo antes de comenzar el viaje. Si se anuncia lluvia, aplácelo: el desierto de Aral es una cuenca por debajo del nivel del mar (obviamente, al ser un lecho marino) y con lluvias fuertes en la región algunos sectores pueden llenarse con un metro de agua en cinco minutos. Parece improbable, pero ya les ha pasado a algunos turistas inconscientes que han quedado atrapados en el techo de su jeep durante 24 horas sin poder pedir ayuda. En estos casos, es necesario esperar hasta que el sol de plomo evapore toda la lluvia acumulada. En resumen, se trata de un ámbito peligroso en el que no hay que aventurarse sin la compañía de profesionales.