BASÍLICA DE LOS PAULINOS
Esta basílica barroca del siglo XVIII está un poco apartada, pero se nota inmediatamente si se camina por la ribera del Vístula, por la forma en que sobresale majestuosamente del río, en medio de un parque. Es uno de los lugares de culto más populares de la ciudad por su especial relación con San Estanislao, patrón de Polonia. Tras su asesinato, el mártir y obispo fue instalado aquí y celebrado antes de ser canonizado y posteriormente exhumado y trasladado al Wawel. El recuerdo del santo sigue manteniendo viva la basílica, que es una de las más ricas de la ciudad. Su interior es una verdadera joya barroca que no debe perderse: colores pastel, ornamentos dorados, estatuas de ángeles y santos. Especialmente la capilla dedicada a San Estanislao. En el interior, se puede ver el tronco sobre el que cayeron las gotas de sangre del obispo. Se dice que el agua milagrosa del estanque situado junto a la iglesia, con una estatua de San Estanislao, tiene poderes curativos, especialmente para las enfermedades de la piel y los ojos.
Cada año, desde el siglo XIII, el primer domingo después del 8 de mayo, los fieles llevan la reliquia del obispo de Wawel a Skałka. El inicio de la gran procesión está marcado por el toque de la campana de Segismundo. Es uno de los puntos más destacados del país y una visita obligada. Bajo la basílica se encuentra la Cripta de los Beneméritos, donde están enterrados los "grandes hombres" que se han distinguido en el campo de la cultura, la ciencia y el arte.