COMPLESSO MONUMENTALE DONNAREGINA
Conjunto monumental formado por la iglesia gótica, la iglesia barroca y el museo diocesano.
Del vasto complejo conventual ocupado por las hermanas franciscanas desde el siglo XIII hasta 1861, se puede visitar la iglesia gótica del siglo XIV de Santa Maria Donnaregina Vecchia, la iglesia barroca del siglo XVII de Santa Maria Donnaregina Nuova y el museo diocesano. Pues en lugar de optar por la transformación completa de su iglesia para ajustarse a los gustos barrocos de la época, las hermanas prefirieron construir una nueva iglesia adyacente a la primera. La iglesia gótica y sus frescos han llegado hasta nuestros días, para deleite de los amantes del arte
Santa Maria Donnaregina Nuova y Museo Diocesano. La visita comienza con el descubrimiento de la iglesia del siglo XVII que bordea la pequeña plaza de Largo Donnaregina. Las obras comenzaron en 1617 y en ellas participaron los grandes artistas de la época, como Solimena y Luca Giordano. La nave única, cubierta con una bóveda baja decorada con frescos y flanqueada por capillas, es muy armoniosa con su exuberante decoración de mármol policromado y dorado. El museo diocesano está construido alrededor de la nave, en la primera planta, y permite admirar numerosos cuadros de artistas, en su mayoría regionales, y mobiliario litúrgico. Los domingos antes del mediodía se organizan regularmente espectáculos en la iglesia; asistir a un concierto de música clásica o a una representación de las pinturas vivas de Caravaggio en este marco resplandeciente es un gran momento de asombro. La entrada también permite visitar el complejo después. Una oportunidad que hay que aprovechar, por tanto.
Santa Maria Donnaregina Vecchia. Su construcción, en 1307, fue financiada por María de Hungría, esposa de Carlos II de Anjou. Aquí puede verse el monumento funerario de la reina, esculpido por el sienés Tino di Camaino, y sostenido por cuatro Virtudes. Debajo de la difunta que yace en un sarcófago, los siete nichos con arcos trilobulados albergan representaciones de sus siete hijos. Una maravillosa obra medieval, que se convirtió en el modelo de enterramiento de la Corte. La nave única de la iglesia está coronada en el primer piso por el coro de las monjas, cuyas paredes están enteramente cubiertas con frescos del siglo XIV de la escuela de Pietro Cavallini, pintor romano que también trabajó en la iglesia de San Domenico Maggiore. Su tinte rojizo es consecuencia de un incendio en 1390 que alteró sus colores. Tampoco hay que perderse la capilla de Loffredo, también cubierta de frescos.