CONVENTO DE LA PURÍSSIMA
Convento cuyo interior está dotado de pinturas de Francesco Patero de Nápoles en Tortosa
El Convento de la Puríssima se inauguró en 1644 con la llegada de un puñado de monjas procedentes del convento de Santa Clara. Parcialmente destruido durante la Guerra Civil, el convento se convirtió en una prisión antes de su restauración, que finalizó en 1964, permitiendo la conservación de las obras de Juan Ibáñez, autor de los frescos de las bóvedas y muros de la iglesia. En el interior, cabe destacar las pinturas de Francesco Patero de Nápoles (1655), las bóvedas sublimadas con esgrafiados y motivos florales, y el altar tallado con el Santo Cristo de la Purísima (1635).
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Opiniones de los miembros sobre CONVENTO DE LA PURÍSSIMA
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