A dos pasos de la plaza San Michele se encuentra este excelente restaurante de gestión familiar, cuyo nombre procede del antiguo convento dedicado al arcángel San Michele. Antiguamente, acogía a los comerciantes italianos y extranjeros interesados en comprar la seda de la que Lucca era productora. El Sr. Vito Cipolla recibe a su clientela en el gran hall de entrada armado de divanes y sillones. A la derecha, debajo del arco, se encuentra la sala del restaurante: decoración y mobiliario puramente lucestrés del siglo XIX. ¡Qué clase! La sala está decorada con plantas verdes que hacen que la atmósfera sea aún más agradable. Frente al vestíbulo, una terraza acogedora invita también a saborear los productos de la región gracias a una cocina que domina la tradición. Especialidades: la garmugia, sopa lucquesa del siglo XVI y los tordelli alla lucchese. Repostería y pan casero.
2 fiorentine, 2 polpi, una frittura ed 1 pappardelle.
Alle 14 e 40 sono arrivate le fiorentine, ovviamente congelate (senza sapere il peso) insieme ai polpi e pappardelle, la frittura é arrivata dopo altri 10 minuti.
260 euro in 8 senza dolce e caffè, con annesso sconto per il disagio lamentato.
Si consiglia di ordinare a Natale per mangiare a capodanno.
Servizio pessimo
Sono arrivati alcuni piatti freddi.
Ci siamo seduti alle 13.30, sono venuti a prendere l ordine alle 14.05.
Pessimo!