CASTILLO MOUSSA
A 2 km de Deir el-Qamar, a orillas de la carretera de Beiteddine, surge un castillo de aspecto pseudo-medieval, digno del factor Cheval. Es obra de un libanés, Moussa el Maamari. En 1945, ese joven niño fue rechazado por la estudiante de la que estaba enamorado, que estaba decidida a casarse con alguien cuyo padre tuviera un castillo. Pero Moussa pertenecía a una familia muy modesta; su padre servía en el ejército francés y, según Moussa, acompañaba al General de Gaulle durante sus visitas al Líbano. Evinado por la bella, Moussa se juró construir con sus propias manos el castillo que le faltaba. Y eso es lo que ha hecho. El trabajo comenzó -al mismo tiempo que la rendición de Alemania-al final de la Segunda Guerra Mundial. Dotado de pocos medios, compra un pequeño terreno y transporta una por una, y en su espalda, las piedras que componen hoy el edificio.
Esta obra barroca presenta una multitud de personajes grabados en piedra, que participan en las actividades de la vida cotidiana libanesa. Desde el panadero al fumador de narguiles pasando por el maestro de escuela, todos salen de la imaginación de su autor.
En la planta baja, un pequeño salón acoge a los amantes del café mientras que una tienda de souvenirs cierra la visita. Si el lugar es apreciado por los libaneses, la visita del lugar es de interés medio. No pierdas tu tiempo y sigan su camino hacia el magnífico palacio de Beiteddine, que es mucho más interesante.
Mais bravo quand même laissez une obole pour son entretiens